Psicópatas de cine

Jeffrey Dahmer: muerte, sexo y canibalismo

Un monstruo que se excitaba al estrujar entre sus dedos los órganos de sus víctimas

El actor Evan Peters da vida al psicópata y asesino Jeffrey Dahmer en la exitosa serie de Netflix
El actor Evan Peters da vida al psicópata y asesino Jeffrey Dahmer en la exitosa serie de NetflixNetflix

Con «La historia de Jeffrey Dahmer» (2022), la serie dirigida por Ryan Murphy, se cierra el bucle realista iniciado con Norman Bates en «Psicosis» en 1960. Inspirado en el asesino en serie Ed Gein, Hitchcock transformó a Norman Bates en un glamouroso asesino bajo la neurótica apariencia del actor Anthony Perkins. Primer intento de aproximarse a un psicópata real, a su psicología criminal, sin renunciar al suspense y la espectacularización de la violencia estilo Hollywood.

Después del éxito de «Psicosis» Richard Fleisher dirigió dos biografías de famosos psicópatas rodada en escenarios naturales, con una narración realista poco convencional. «El estrangulador de Boston« (1968) y «El estrangulador de Rillington Place» (1971) fueron recreaciones de los psicópatas Albert DeSalvo y John Christie, criminales que Fleisher retrató con realismo documental, sin omitir lo macabro de sus crímenes pero sin el sensacionalismo de las películas de suspense y susto de moda con los «rip-off» de serie B de viejas dementes acuchillando a troche y moche.

El entorno social completaba el retrato del estrangulador, motivo de varias películas biográficas realistas. La más reciente, «El estrangulador de Boston» (2023), que parte de un original punto de vista omitido hasta entonces: que fueron dos periodistas del «Record American», Loretta McLaughlin y Jean Cole, quienes investigaron los asesinatos de mujeres estranguladas con un pañuelo y pusieron tras la pista del asesino a la policía de Boston con sus artículos sobre el modus operandi.

Les precedieron «A sangre fría» (1967), basado en el relato de Truman Capote sobre dos homicidas, Perry Smith y Dick Hickock, que masacraron a la familia Clutter, en Kansas, y «Los asesinos de la luna de miel» (1970), el primero de los filmes profesionales de Martin Scorsese, del que fue despedido, basado en la famosa pareja de asesinos Martha Beck y Ray Fernandez.

Un género nuevo

A partir de estos antecedentes, David Fichner renovó el género de pelis y series basadas en hechos reales. Primero con «Zodiac» (2007), sobre el asesino californiano Arthur Leigh Allen, y como showrunner y director con la serie «Mindhunter» (2017), en la que dos detectives del FBI entrevistan a famosos criminales encerrados en la cárcel para estudiar sus mentes criminales.

A partir de sus trabajos de campo, estructuraron una nueva ciencia forense, y descubriendo una metodología para analizar a estos «cazadores» estudiando sus perfiles psicológicos. A ellos se debe la terminología de «serial killer» y el detective «perfilador» de asesinos, además de 28 variables para identificar asesinos múltiples.

Jeffrey Dahmer.
Jeffrey Dahmer.donaldson collection

La serie de Ryan Murphy «Dahmer» sigue una linea similar a la hora de analizar y plasmar en el cine la complejidad de estos monstruosos asesinos en serie. Realismo seco y descarnado, color tratado como un filme añejo –influido por el estilo documental de «Henry, retrato de un asesino» (1986)– y un minucioso y seco análisis de los actos del asesino Jeffrey Dahmer, «El Carnicero de Milwaukee», sin ahorrarle al espectador los aspectos más truculentos de su vida y sus prácticas perversas: cómo mata a sus víctimas, las eviscera y cocina sus órganos.

Normal, insensible y violento

En la serie, se presenta al psicópata como una persona normal, insensible, sin expresividad ni emocionalidad alguna. Víctima de un autismo próximo al Asperger, con brotes violentos reprimidos bajo la máscara de una desgana existencial ciclotímica.

La monstruosidad de Dahmer se evidencia en sus numerosas parafilias. El psiquiatra de la cárcel que lo analizó, rescató un término desusado, la esplacnofilia, para calificar su excitación al estrujar entre sus dedos los órganos de sus víctimas, fascinado por el brillo de las vísceras, que se asocia al canibalismo, aspecto que se ha visto reflejado en el personaje de Hannibal el Caníbal.

Dahmer cocinaba y comía la carne de sus víctimas, después de mantener con sus cuerpos inertes una suerte de necrofilia, no se sabe si atenuada porque, en la serie, sólo se lo muestra masturbándose.

Finalmente, su homosexualidad, omitida normalmente en este tipo de biografías basada en hechos reales. Excepto en «En casa con Claude» (1992), fabulación de un asesino gay chic que mata a su pareja hincándole el exprimidor de Philippe Stark en un ojo.

Dahmer escogía a sus víctimas en bares, saunas y discotecas gay. Los drogaba en su casa y los asesinaba para reducirlos a seres inanimados para poder mantener con ellos una suerte de amistad necrófila. Luego, los metía en ácido, trituraba sus huesos y guardaba como trofeos partes que le recordaban al amigo perdido. El terror a la sexualidad, obligaba a Dahmer a reducirlos a objetos sin vida para tener un compañero de juegos.

La máscara del horror de Dahmer, el «caníbal de Milwaukee», era la imperturbable inexpresividad de su propio rostro.