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Juan Cruz: «Integrar la eficiencia energética en un corto es un verdadero reto»

Un instante del rodaje del corto
Un instante del rodaje del cortolarazon

Dirige el corto «Domonic» del proyecto Cinergía de Gas Natural Fenosa

El ser humano está cada vez más cerca de poder desarrollar la inteligencia artificial para uso cotidiano. No obstante, en numerosas ocasiones el cine las ha mostrado como peligrosas, siendo la causa de un futuro distópico. En más de un capítulo de la serie «Black Mirror», en la obra maestra de Stanley Kubric, «2001: una odisea en el espacio», o en «Yo, robot», se muestra como esos lucidos ordenadores se rebelan contra su creador, el hombre. Éste es el caso del nuevo corto de Juan Cruz, «Domonic», que ayer se presentó en el Festival de Cine de Málaga. El protagonista, Jose Coronado, vive en una lujosa casa controlada por una computadora con rostro de mujer, el de Terele Pávez. Todo transcurre con normalidad hasta que un día empieza a desobedecer a su dueño, y a partir de ahí se desata un «thriller» cuya intensidad se concentra en forma de cortometraje y que forma parte del proyecto Cinergía de Gas Natural Fenosa.

–¿Cómo se ha sentido experimentando el futuro tecnológico hacia el que caminamos?

–Me ha divertido mucho poder pervertir esa realidad científica que sirve de eje de la historia. A mí siempre me ha hecho especial gracia ese momento en el que la máquina se rebela, nos planta cara o simplemente se convierte en el espejo que nos muestra aquella imagen más patética de nosotros mismos.

–¿Es defensor o detractor de que la inteligencia artificial tome el control de nuestra vida cotidiana?

–Soy partidario de cualquier tipo de tecnología que nos facilite vivir. Si ésta, además, nos ayuda a ser más eficientes, bienvenida sea.

–¿Qué cree que se ha perdido o ha cambiado en los hogares con la llegada de los aparatos tecnológicos y el uso incontrolado que se hace de ellos?

–En términos generales la vida se nos ha hecho más fácil, poder integrar un reproductor de música, un sistema GPS, una cámara de fotos, un teléfono y una linterna en un mismo dispositivo es, sin duda alguna, una de las grandes ventajas asociadas a la tecnología doméstica. El smartphone se ha convertido en la navaja suiza de nuestra época. Y lo que perdemos seguramente es demasiado tiempo en la gestión de la comunicación a la que nos vemos abocados cada día: correos electrónicos, mensajes de texto, llamadas, redes sociales... Ahí sí que puede que se nos esté yendo un poco de las manos.

–¿Es la historia de «Domonic» una lección sobre la absoluta confianza que tenemos en los nuevos descubrimientos?

–Creo que es más sencillo que todo eso: sólo pretende explicar que si hacemos un mal uso de los recursos de los que disponemos podemos pagarlo muy caro. Todo esto de la mano de una relación, tan especial como viciada, de los personajes principales: madre e hijo. Algo que siempre da mucho juego.

–¿Qué consejo le parece fundamental para tener en cuenta en materia de ahorro energético y reducción de la contaminación?

–Todo lo que podamos hacer en nuestro ámbito doméstico para ahorrar energía es importante.

–Este corto, con dos grandes nombres del cine español como protagonistas, ¿qué mensaje puede dejar en el público?

–Ha sido fantástico, un regalo tener a disposición de esta historia el enorme talento de Jose Coronado y Terele Pávez. Grandes y generosos. Y me gustaría que en el público llegasen a calar dos conceptos: que somos los únicos responsables de la gestión de recursos de este planeta y que el cine, y las artes en general, viven comprometidas con cuestiones tan importantes como ésta.

–¿Le parece que el cine y en concreto esta iniciativa de Gas Natural Fenosa es una forma eficaz para hace reflexionar al espectador?

–Seguramente las primeras cosas que aprendemos vienen de la mano de esos cuentos que nos explican de niños. La ficción cumple esa función. Que Gas Natural Fenosa apueste por ella y por el entretenimiento como vehículo para hacer reflexionar al espectador me parece una forma oportuna y acertadísima.

–¿Qué le atrajo de este proyecto?

–El reto que supone integrar una idea, a veces compleja como la eficiencia energética en un formato tan condensado como es el cortometraje. También me resultaba sugerente la oportunidad de poder realizar una pieza en la línea de clásicos como «Historias para no dormir» o «The Twilight Zone».

–¿Aconseja esta relación para que surjan más posibilidades de creación cultural?

–Sin duda. Ahí está el cine norteamericano, el más protegido del mundo tanto desde el ámbito publicitario como desde el privado y donde el binomio «marca-filmografía» es muy común en su industria. Aquí existen relaciones parecidas, pero aún estamos muy lejos de vertebrar un nexo más fluido entre las grandes empresas y el cine. Tampoco ayuda, y condiciona esa relación, la inexistencia de una Ley del Mecenazgo adecuada, y por eso tiene tanto valor iniciativas como esta de Gas Natural Fenosa.