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Cannes ama a Ken Loach contra la lógica

En un reparto de premios más que discutible ante la excepcional calidad media de los finalistas, Pedro Almodóvar volvió a irse de vacío frente al director irlandés, exactamente igual que el año que presentó «Volver»
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En un reparto de premios más que discutible ante la excepcional calidad media de los finalistas, Pedro Almodóvar volvió a irse de vacío frente al director irlandés, exactamente igual que el año que presentó «Volver»
El momento más emotivo de la gala de clausura de la 69 edición del festival de Cannes fue ver a Jean-Pierre Léaud, Palma de Oro de honor, preguntándose, mientras recogía el testigo del crítico y teórico André Bazin, qué es el cine. Previamente, un montaje de sus películas más representativas dejó claro que no daría ninguna respuesta. ¿Qué es el cine moderno sino el que se niega a la clausura, al punto y final, a dar respuestas? Los que hemos disfrutado de una selección oficial estupenda, quizá la mejor de los últimos años, tampoco tenemos respuestas a la mayoría de los premios otorgados por el jurado presidido por George Miller, acompañado de Kirsten Dunst, Madd Mikkelsen, Donald Sutherland, Laszlo Némes, Arnaud Desplechin, Katayoon Shahabi, Vanessa Paradis y Valeria Golino. La gran obra maestra de esta edición era un documental que nunca veremos: el de las deliberaciones que consensuaron el peor palmarés de Cannes que este crítico recuerda. El cine, claro, sigue siendo un misterio.
- Consuelo para «Julieta»
Da la impresión de que George Miller y sus colegas hayan llegado a un acuerdo para dejar fuera de juego a las favoritas de la crítica. Nada para «Toni Erdmann», de Maren Ade (premio Fipresci, por cierto), ni para «Sieranevada», de Cristi Puiu, ni para «Elle», de Paul Verhoeven, ni para «Paterson», de Jim Jarmusch. Por supuesto, en este demente contexto, nada para Almodóvar, que el año que presentó «Volver» también se fue de vacío viendo cómo Ken Loach ganaba la Palma de Oro por «El viento que agita la cebada». No creemos que el cineasta manchego tuviera muchas esperanzas de colarse en el palmarés, aunque, visto lo visto, habría sido mucho más justo ver a «Julieta» en el podio de los ganadores que al canadiense Xavier Dolan. A Almodóvar le queda el consuelo de que el estreno en Francia de la película ha tenido excelentes resultados en taquilla.
Y hablando de Ken Loach, que se llevaba su segunda Palma de Oro por «I, Daniel Blake». ¿Mala conciencia social por parte del jurado? Difícil decirlo, teniendo en cuenta el nivel del resto del palmarés. Lo que demuestra el premio es que el método Loach-Laverty para denunciar los efectos del neocapitalismo liberal a costa de manipular las emociones del espectador sigue siendo eficaz. Pero lo de Loach es pecata minuta si lo comparamos con el Gran Premio del Jurado a Xavier Dolan por «Juste le fin de monde», una de las peores películas a competición. Las lágrimas de cocodrilo que sazonaron su discurso rematan la histeria dramática de su insoportable película. El desastre, por supuesto, no se terminaba aquí: que en un año rebosante de excelentes interpretaciones femeninas (lideradas por la de Sonia Braga en «Aquarius» y la de Isabelle Huppert en «Elle») ganara la filipina Jaclyn Jose por «Ma’Rosa», el culebrón post-neorrealista de Brillante Mendoza, clama al cielo. Como clama al cielo que Andrea Arnold se llevara su tercer Premio del Jurado por la autocomplaciente «American Honey».
El exaequo a mejor director a Olivier Assayas por «Personal Shopper» y a Cristian Mungiu por «Graduación» también demuestra la desubicación del jurado, incapaz de imprimir una filosofía, una cierta visión del mundo, a un palmarés esquizofrénico. No puede haber cineastas más distintos y con conceptos de la puesta en escena más dispares. Se entienden, eso sí, los dos premios a la película de Farhadi, en especial el de guión, que parece, al final, el más sensato de todos. Su película es, en el fondo, muy americana. Ayer sugeríamos que debería estudiarse en todas las escuelas de cine. Y lo cierto es que si Farhadi escribiera un manual para guionistas, Robert McKee debería buscarse trabajo.

El mejor cortometraje es español

Juanjo Giménez (Barcelona, 1963) se acordó, nada más y nada menos, que de Luis Buñuel a la hora de recibir la Palma de Oro al mejor cortometraje. Y es que sólo un español, el de Calanda, ha logrado alzarse con el máximo galardón (en largometraje, en este caso) en Cannes, con Viridiana (1961). El corto de Giménez, «Timecode», que narra la relación entre dos guardas de seguridad en un párking, ha seducido al jurado presidido por la directora japonesa Naomi Kawase (en la imagen, ambos). El director ha realizado ocho cortometrajes y un documental sobre boxeo. Para él, este formato permite una mayor libertad «a la hora de experimentar con el lenguaje cinematográfico».

Listado completo de los premiados en la 69 edición del Festival de Cannes

Palma de Oro: "I, Daniel Blake", de Ken Loach (Reino Unido).
Gran Premio del Jurado: "Juste la fin du monde", de Xavier Dolan (Canadá).
Premio al mejor director: exaquo Cristian Mungiu por "Bacalaureat"y Olivier Assayas por "Personal shopper".
Premio del Jurado: "American Honey", de Andrea Arnold (Reino Unido).
Premio al mejor guion: Asghar Farhadi, por "Forushande"(Irán).
Premio a la mejor actriz: Jaclyn Jose, por "Ma'Rosa", de Brillante Mendoza (Filipinas).
Premio al mejor actor: Shahab Hosseini por "Forushande"(Irán).
Cámara de Oro a la mejor ópera prima: "Divines", de Houda Benyamina (Francia-Marruecos).
Palma de oro al mejor cortometraje: "Timecode", de Juanjo Giménez (España).
Palma de Oro de honor: Jean-Pierre Léaud.

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