«Kon-tiki»: Sin brújula
Directores: Joachim Ronning y Espen Sandberg. Guión: Peter Skavlaan. Intérpretes: Pal Sverre Hagen, Anders Baasmo Christiansen. Gran Bretaña-Noruega-Dinamarca-Alemania-Suecia, 2012. Duración: 114 min. Aventuras.
En un visionario texto sobre «Kon-Tiki» (1950), el documental que rodaron los expedicionarios noruegos de viaje en una balsa desde Perú hasta la Polinesia en 1947, el crítico André Bazin reivindicaba que la autenticidad de la película (que ganó un Oscar) residía en su amateurismo y en el rigor del punto de vista sobre la aventura que pretendía registrar. Ponía un ejemplo que salta a la vista por su ausencia: sabemos que los navegantes superaron una tormenta perfecta porque decidieron no filmarla. «Los documentos que faltan», escribía Bazin, «son las huellas negativas de la expedición».
En cierto modo, este «Kon-Tiki» quiere suplir «los documentos que faltan». La tormenta, las ballenas, los tiburones... La espectacularidad que allí estaba presente por estar fuera de campo y que aquí justifica la existencia de una película que nunca cuestiona la obsesión de su héroe, Thor Heyerdahl, que, sin ni siquiera saber nadar, se empecinó en demostrar que los pueblos precolombinos fueron los primeros en habitar la Polinesia y embarcó a cinco lobitos de mar con la fe, la egolatría y la improvisación como brújulas sin norte. Convencional hasta la médula, la película se pone de rodillas ante este Lawrence de Arabia oceánico perdiendo demasiado tiempo en los preparativos del viaje y robándonos, por exceso de medios, una perspectiva que haga creíble la aventura.