La Academia enmudece con Blancanieves

La particular versión de "Blancanieves", de Pablo Berger, muda, en blanco y negro y ambientada en el mundo de los toros, ha arrasado hoy en la XXVII edición de los Premios Goya al lograr 10 estatuillas, entre ellas la de mejor película. "Blancanieves"ha conseguido además los premios a mejor actriz principal, para Maribel Verdú, y mejor actriz revelación, para Macarena García, así como dirección artística, vestuario, canción original, música original y dirección de fotografía.

La gala de los Goya siguió en cuanto a los premios el guión previsto: «Blancanieves» arrasó en los grandes, sobre todo los de interpretación, y «Lo imposible» se conformó con los técnicos, además de sorprender con el premio a J. A. Bayona al mejor director. Pablo Berger, el que más veces subió al estrado, emocionado, aseguró que «antes que director, soy cuentista» y aseguró que, a pesar de haberlo ensayado muchas veces con el bote de gel, un auditorio tan gigante le impresionaba. Mejor dirección artística, canción original, música original, actriz revelación, guión original, interpretación femenina protagonista, dirección de fotografía, maquillaje y peluquería y el premio más importante, el de mejor película. Berger defendió en su discurso de agradecimiento que «tenemos que hacer películas para nuestro público, nuestras familias y nosotros mismos. ¡Viva el cine libre!»

Nada para Trueba

«Lo imposible» brilló en el apartado técnico con los premios al montaje, sonido, dirección de producción, efectos especiales... pero los intérpretes se fueron de vacío: la primera vez que la Academia nomina a actores extranjeros (Naomi Watts, Ewan McGregor y Tom Holland) no tuvo como resultado ningún galardón. Sin embargo, y contra todo pronóstico, consiguió el premio al mejor director, que bajó del escenario para entregárselo a María Belón, la mujer cuya historia y la de su familia inspiró «Lo imposible». «El artista y la modelo», otra de las que aglutinaban más nominaciones, trece, fue la gran olvidada de la noche y se fue de vacío. «Grupo 7», que partía con 16 candidaturas, se tuvo que conformar con el galardón al mejor actor revelación, Joaquín Núñez, y el de mejor interpretación masculina de reparto para Julián Villagrán. José Sacristán, como era previsible, subió a recoger el premio por su papel en «El muerto y ser feliz», de Javier Rebollo, y recibió una gran ovación al tratarse del primer Goya de su carrera, que agradeció a Pedro Masó. Maribel Verdú, por su parte, recogió el segundo Goya de su trayectoria por «Blancanieves» tras conseguirlo por «El laberinto del fauno».

Concha Velasco, que recibió el Goya de Honor, repitió el monólogo de su espectáculo antológico, «Yo lo que quiero es bailar», sobre la noche en el que no le dieron el Goya. Arropada por algunas de las nuevas caras de la Academia acabó cantando sus grandes éxitos, desde «Las chicas de la Cruz Roja» a «La chica Yeyé». Otro de los momentos emocionantes fue el agradecimiento de Cayetana Guillén Cuervo por el «respeto» de toda la profesión a la despedida de su padre, recientemente desaparecido.

El directo jugó una mala pasada a Adriana Ugarte y Carlos Santos, que se equivocaron de sobre y otorgaron, por error, la mejor canción original a «Los niños salvajes», cuando la premiada era la de «Blancanieves». La animación subió unos peldaños esta vez y «Las aventuras de Tadeo Jones» obtuvo el mejor guión adaptado, algo casi inédito, dirección novel (y no Paco León, director de «Carmina o revienta», que no obtuvo ningún premio) y, por supuesto, el de mejor cinta de animación. Por no hablar de la mejor dirección novel a Enrique Gato.