Buscar Iniciar sesión

La anciana deslenguada y «underground»

larazon

Creada:

Última actualización:

«¡Bombazo informativo!» era una de sus frases más recurrentes en «La que se avecina». Un bombazo emocional es lo que sintió ayer todo el equipo de la serie cuando, a primera hora de la tarde, se enteró que Mariví Bilbao había fallecido por causas naturales en la capital vizcaína a la edad de 83 años. Tanto es así que el creador de «La que se avecina», Alberto Caballero, escribió en su cuenta personal de Twitter: «Hoy es un día muy triste. Ovación cerrada en el plató por la mujer más grande del planeta».
Mariví Bilbao nunca coqueteó con la fama, simplemente se topó con ella, cuando empezó a encandilar a los espectadores en «Aquí no hay quien viva», con un desparpajo interpretativo, su descaro, su naturalidad y, sobre todo, con la virtud de pronunciar algunas de las frases más hilarantes de la historia de la televisión con un aplomo que desarmaba a la audiencia, para después estallar en una estruendosa carcajada. A sus setenta años –cuando la mayoría de las personas ya están disfrutando de la jubilación–, y se convertía, paradojas del destino, en la actriz «revelación» de la televisión patria.
Tanto en «Aquí no hay quien viva» como «En la que se avecina» encarnó a una anciana que era la alegría de las tabacaleras por los cigarros que consumía al día, bebedora de Chinchón, deslenguada y, siempre dispuesta a armar bulla.
«Joder, nos echan de todas partes. ¡Parecemos del top manta!», «me dicen a mí que voy a llegar al 2010 y me descojono», «qué mona va esta chica siempre», «los mayores de 65 años no tenemos que comprar regalos, es un decreto nuevo de Zapatero contra la crisis», son algunas de las frases con las que Bilbao despachaba una escena cómica, con la extrema naturalidad de los actores que hacen fácil lo difícil. La vida no le ha dado mucho respiro para disfrutar de ella alejada de los platós. Con su sinceridad habitual, hace unos meses anunció que dejaba «La que se avecina», «no por estar enferma ni porque me hayan echado. Es que ya está bien».
María Victoria Bilbao-Goyoaga Álvarez, más conocida como Mariví Bilbao, nació el Bilbao el 22 de enero de 1930. Desarrolló durante más de sesenta años su carrera desde la discreción, abarcando cualquier registro. Trabajó con directores como Álex de la Iglesia en «La comunidad» (2000), con Javier Rebollo en «Marujas asesinas (2001) o en «Torremolinos 73» (2003) de Pablo Berger. También participó en algunas series de televisión y en papeles episódicos, hasta que apareció en su vida Caballero y su equipo para ofrecerle el papel de una anciana «underground» en «Aquí no hay quien viva». Fue entonces cuando a Mariví Bilbao le cambió la vida. Eso sí, sin perder su carácter, sin abandonar su costumbre de reirse hasta de sí misma.

Musa de los cortometrajistas

Amante del cine independiente, Mariví Bilbao nunca negó su talento a los directores de cortometrajes. Eduardo Chapero Jackson le dio el papel protagonista en «Alumbramiento». Pero fue Borja Cobeaga el que la convirtió en su actriz fetiche en los cortos, «La primera vez» y «Éramos pocos». Con Cobeaga pisó la alfombra roja de los Oscar cuando «Éramos pocos» fue candidata al mejor corto. Al terminar la gala se fumó un cigarro, contraviniendo la prohibición americana. Le dio igual. Dijo: «Total, si no hemos ganado».

Archivado en: