Buscar Iniciar sesión

La otra guerra de los Goya

La Unión de Actores reclama usar la gala como plataforma contra los recortes. El ministro Wert, que acudirá, asegura que «hay motivos de celebración»
larazon

Creada:

Última actualización:

En 2003, la gala de los Goya tuvo muchos protagonistas, pero pocos estuvieron relacionados con el cine: Animalario planteó la ceremonia desde el principio con una ambientación musical circense, pronto sacaron a un actor que decía llamarse José María Aznar al escenario. La presidenta de la institución, Marisa Paredes, clamaba por la libertad de expresión. Y los invitados hicieron el resto. «Solo quiero decirle que si quiere petróleo no tiene que ir a Irak, basta con subir a Galicia», decía Luis Tosar al recoger su premio en relación al Prestige. «Somos una gran mayoría y decimos "No a la guerra"», sentenciaba Javier Bardem. «No me dejéis sola diciendo esto», pedía Rosa María Sarda al público para que corearan: «No a la guerra»... La política, en definitiva, concentró más atención que la película ganadora aquella noche, «Los lunes al sol», de Fernando León de Aranoa. La de este domingo promete, al menos, un nivel de tensión similar, aunque ni el propio presidente lo desee. «La gala no es sitio para reivindicaciones», aseguró Enrique González Macho en una entrevista a Efe. «A nadie se le sugerirá bajo ningún concepto lo que tienen que decir, pero sí se les pedirá que no se olviden que esto es una gala», añadió.

Llamamiento a la reflexión

Sin embargo, esta no es la opinión que sostiene el sindicato que representa a los intérpretes, la Unión de Actores, que ayer, pocas horas después de que se hicieran públicas las declaraciones del presidente de la Academia, emitió un comunicado en el que invitaba a los miembros de su colectivo a que utilizaran la plataforma de los Goya para expresarse acerca de la situación política y social que vive nuestro país: «Hacemos un llamamiento a la reflexión a los compañeros del cine. Desde el máximo respeto a la libre decisión de cada uno de hacer o decir lo que le venga en gana, llamamos a reflexionar sobre la situación que estamos viviendo y la responsabilidad de cada uno ante la misma», reza el comunicado.
La politización de la gala de 2003, conocida como la del «No a la guerra», encontró algunas voces que criticaron, precisamente, la utilización de esta plataforma para difundir consignas de carácter político, un hecho del que son conscientes en la Unión de Actores, que recogió en el comunicado dicha inquietud: «Muchos pueden pensar que la gente de la cultura no debería expresar en público sus opiniones acerca de lo que sucede a su alrededor, que deberían limitarse al ejercicio de su profesión. Muchos pueden pensar que la implicación de los artistas en el "No a la guerra"les supuso el rechazo por parte de un sector de la población. Sin embargo, también son muchas las personas que creen que tenemos la responsabilidad de aprovechar el altavoz del que disponemos y del que tanta gente carece».

«No se puede con estos»

González Macho no es contrario a esta reivindicación («como colectivo, tenemos una opinión sobre las cosas y derechos a que se nos escuche», aseguró), pero teme la mala imagen que este tipo de acciones puede suponer para el mundo del cine: «En los Goya nos jugamos mucho, porque lo que más les gustaría al sector aznarista del PP es que se montara una buena en la gala para justificar que "no se puede con estos"». La Unión de Actores, por su parte, sugiere que no hacer alusión a la situación social en España sería más negativo que lo que sucedió en 2003: «El próximo domingo podría ocurrir que habláramos sobre lo que sucede. El próximo domingo podría ocurrir que dijéramos "No a los recortes: Hay alternativas". La pregunta es : ¿Qué supondría mayor rechazo esta vez: volver a decir no o quedarnos callados?».
El ministro del ramo, José Ignacio Wert, prefirió no entrar ayer en la polémica, pues considera que el cine español tiene este año «muchas cosas que celebrar» y una especialmente: que su cuota de mercado «haya crecido un 40 % en los dos últimos años», en declaraciones recogidas por Efe. Y ello «a pesar de la subida del IVA» hasta el 21 %, según destacó el responsable. Con ese ánimo de «celebración», el ministro de Educación, Cultura y Deporte acudirá el domingo por la noche a la ceremonia: «La afrontaré como lo que es, una gala. Como hice el año pasado».
La pregunta queda abierta ante una previsible reivindicación, sobre todo, al constatar algunos de los invitados. Entre ellos, Javier Bardem, quien no duda en utilizar su posición en este sentido: Lo hizo en 2003 al recoger el Goya al mejor actor por «Los lunes al sol», y podría repetir este año de recibir el premio a la mejor película documental como productor de «Hijos de las nubes». A la gala irá acompañado de su esposa, Penélope Cruz, quien ya comenzó a calentar motores en su visita al pasado Festival de San Sebastián, cuando aprovechó la presentación de su película «Volver a nacer» para asegurar que «me tiro de los pelos con los recortes del Gobierno». Entre los que casi seguro subirán al estrado están José Sacristán (favorito en la categoría de mejor potagonista por «El muerto y ser feliz»), Antonio de la Torre (en la de reparto por «Invasor»), Maribel Verdú (actriz protagonista, por «Blancanieves», la gran favorita de la noche) y Ángel a Molina (de reparto).
Entre los que entregan un «cabezón» habrá otras caras conocidas: Alejandro Amenábar, Enrique Urbizu, José Coronado, Gracia Querejeta, Belén Rueda, Antonio Resines, Hugo Silva, Javier Cámara, Aitana Sánchez Gijón, Michelle Jenner, Quim Gutiérrez, Goya Toledo, Blanca Suárez, Miguel Ángel Silvestre, Raúl Arévalo, Adriana Ugarte y Miguel Ángel Muñoz, entre otros. Además de Eva Hache, que volverá a actuar como anfitriona.
El detalle
ANFITRIONES CONFLICTIVOS
El próximo domingo, algunas de las caras más esperadas serán las de Jean Rochefort y Tom Holland (en la imagen), dos de los actores extranjeros nominados junto a Ewan McGregor y Naomi Watts (se trata de la primera vez en la historia de los premios que se nomina a foráneos). Queda por saber si el ambiente que reinará en la ceremonia animará a repetir experiencia en sucesivas ocasiones.
Política, no en las galas
Aunque Bill Clinton se haya subido al escenario en la entrega de los Globos de Oro, aunque los BAFTA (los Goya británicos) hayan premiado a una película tan política como «Argo», de Ben Affleck, probablemente, no encontraremos casos similares a las reivindicaciones de los Goya en otros países. Si bien en Hollywood no existe ningún reparo en que la política o las cuestiones sociales sean la base argumental de una película, estos temas se quedan en eso, en argumentos, mientras que en sus galas luce el glamour.