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«La primera cita»: Ejercicio de memoria

Jesús Ponce estrena un drama sobre el alzhéimer.
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  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

  • M.Moleón

    Marta Moleón

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Jesús Ponce estrena un drama sobre el alzhéimer.
Para Isabel la vida es algo que nace todos los días. Sin aviso. Con empuje. Desde el olvido. Después de pasar más de treinta años al lado de Sebastián, un militar prejubilado con polvo en la pistola y en la conciencia cuyo carácter autoritario, violento, agrio, posesivo y protagonista indiscutible durante sus años de matrimonio, comenzará a rebajarse considerablemente y a convertirse en algo que nunca fue, al producirse un brote de alzhéimer incipiente en la cabeza de su mujer. La memoria del corazón se vuelve entonces la forma más eficaz de recordar cómo empezaron a quererse en el que ya es el quinto largometraje del director sevillano Jesús Ponce, «La primera cita». Una cinta que obliga a repensar las formas históricas que la sociedad española ha utilizado para decirse «te quiero» y a reflexionar sobre el poder que tienen los recuerdos y el silenciamiento directo e indirecto de la violencia machista.
Tiempo de silencio
«Lo cierto es que la idea de esta película surge de la historia personal de una amiga muy cercana, profesional del cine, que un día nos cuenta que con 19 años sus padres la casan con un coronel, la meten en la barriada militar de Tablada, donde necesita unos pases para salir y tarda tres años en escaparse. Eso era por desgracia lo común. Empezar la vida al lado de otra persona que te iba a mantener. Y eso estaba pasando de manera habitual y de forma reciente detrás de mi casa», comenta con cierto grado de indignación el director añadiendo: «Dentro de toda esta vorágine necesaria de reivindicación femenina, hay algo que no se ha contado todavía y es la naturalidad con la que se ha asumido en España el maltrato cotidiano. Todos hemos conocido a una madre, una abuela, una tía, incluso compañeras de generación, que te dicen: mi marido era muy bueno porque nunca me pegó. Creo que eso no es ser bueno, eso es ser muy malo».

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