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Marta Hazas: «He llegado en tiempos ‘‘low cost’’»

Fue una de las actrices que entonó el «Resistiré» en los Goya y triunfa en televisión dando vida a Clara en la exitosa «Velvet»
Fue una de las actrices que entonó el «Resistiré» en los Goya y triunfa en televisión dando vida a Clara en la exitosa «Velvet»larazon

Fue una de las actrices que entonó el «Resistiré» en los Goya y triunfa en televisión dando vida a Clara en la exitosa «Velvet».

Marta Hazas estudió periodismo antes de ser actriz. Nació en Santander, al filo de terminar un año y comenzar el otro, un 31 de diciembre de 1977. Es afortunada en tiempos de crisis, aunque cobre sueldos «low cost». Su escenario fuerte, de momento, son las series de televisión. Lamenta no tener un «selfie» con el Pequeño Nicolás y cree que Podemos es un revulsivo del que –le sale el gen periodista– quiere conocer más. No es partidaria de las reivindicaciones políticas el día de los Goya, así que este año pudo disfrutar de la gala.

–Cuando uno se enfrenta a una alfombra roja ¿cómo se siente?

–Hay que ir seguro de lo que llevas porque si no te gusta cómo vas vestido se nota que te desenvuelves con problemas. Estar expuesto a muchas miradas genera miedo y da inseguridad, hay que relativizarlo y saber que estás ahí por ser actriz.

–¿La serie «Velvet» ha sido su gran trampolín mediático?

–Estoy recogiendo lo que he sembrado y si no hubiera existido antes «Bandolera», «Gran Hotel» y «El internado», no hubiera sido igual el personaje de Clara que interpreto en esta ficción. Es la suma de una trayectoria y, posiblemente, no habría sabido hacer un papel así sin los trabajos anteriores.

–¿Estaba prevista su ascensión de secundaria a personaje principal?

–No sé hasta qué punto estaba pensado. Sí que estaba previsto que pasara de dependienta a secretaria, pero los capítulos estaban por escribir. En eso me siento muy agradecida, porque el personaje ha funcionado y me han dado más cancha.

–De un hombre humilde pasa a uno rico, ¿le podría pasar en la vida real?

–No, yo creo que en esta época a las mujeres no nos hace falta tanto la posición social como en la de «Velvet» y, además, es que Clara no tenía nada en común con Pedro porque evolucionan de manera distinta, al margen de que a ella le fascina el lujo y la opulencia. En la vida real no me fijo tanto en eso, el día a día es lo importante.

–¿Cómo ha pasado estos siete años de crisis?

–Llevo en Madrid una década, y en los últimos siete años he labrado mi carrera profesional desde que salí de la escuela de Cristina Rota, así que no me ha dado tiempo a ponerme tonta con la profesión, porque los sueldos que tenemos en nuestro oficio – que cada vez es más complicado llamarlo oficio y no supervivencia– son de crisis. También es verdad que no me puedo quejar, porque ha sido en este periodo cuando he desarrollado lo que llevo de carrera. Soy consciente cuando hablo con gente más veterana. Ahí me doy cuenta de que los tiempos han cambiado y no para mejor.

–Ha llegado con los sueldos en crisis...

–Claro, ya llegué en tiempos de «low cost» a la profesión y, como no conozco otra cosa, pues para mí el estado de crisis es el normal.

–¿Cómo vivió los Goya de este año?

–Con mucha emoción, me encantó participar en el coro «Resistiré» junto a los grandes de la escena española. Me pareció una de las mejores galas de los últimos años, mi enhorabuena al director, Juan Luis Iborra, y a todo el equipo de organización de la Academia, han hecho un trabajo impecable.

–¿Qué le pareció el presentador?

–Dani Rovira me encantó como maestro de ceremonias. Sin duda, este es su año y, de guinda, se llevó un merecido Goya, chapó por él. El único pero que le pongo a la gala es que fue muy larga, más de tres horas es demasiada duración... Por lo demás sólo puedo decir que agradezco que me dejasen participar en esa noche de cine.

–¿Y qué le parece que en la gala siempre haya algo que reivindicar? ¿Eso va con la profesión?

–No, ni mucho menos. Creo que hay cosas que hemos hecho muy mal y que es la gran fiesta del cine, por supuesto que hay que ser consciente y consecuente con la actualidad y la realidad que vivimos, pero hasta cierto punto. Pienso que no hay que aguar la fiesta con cosas que se salen de madre. Al menos yo, cuando estaba en mi casa en Santander de espectadora viendo la gala, pensaba: «No me apetece ver esto», y creo que si estuviera nominada, tampoco me gustaría.

–¿Y por qué lo han hecho otros años?

–Es un grupo de compañeros, pero yo creo que no es el sitio para hacerlo, aunque me parece muy bien que una señora en los Globos de Oro lleve una pluma en su vestido, hay maneras de hacer las cosas. Está bien, como personaje público, hablar de la actualidad, de lo que pasa, y tomar partido ante ciertas injusticias, pero hay que saber cuáles son los canales y no matar moscas a cañonazos. A mí me gusta por un lado ser actriz y luego lo que opino lo manifiesto en una entrevista. Hay que separar las cosas.

–Y mientras tanto Podemos sigue subiendo...

–Ha venido muy bien que haya surgido algo como este partido. Que tiemblen quienes estaban asentados. No me siento nada representada por la clase política que existe, que tienen muy poca clase. Me parece bien que haya aparecido Podemos, pero no comulgo con cosas de su programa, reconozco que me entusiasmé cuando aparecieron, pero hay temas de los que quiero saber más y otros con las que no estoy de acuerdo.

–A estas alturas, me imagino que ya tendrá una foto con el Pequeño Nicolás...

–No, y empiezo a sentirme marginada, que te den un Goya no es nada si no tienes una foto con él...

–Y de la campaña contra el piropo, ¿qué opina una mujer con cuerpo diez?

–A veces te enfada cuando son comentarios maleducados y te dicen cosas desagradables, pero, a mí, de pronto, cuando te dicen una cosa bonita por la calle y te sacan una sonrisa, me gusta. Me parece que se ha sacado de madre en la Prensa. Las mujeres estamos por encima de eso, el feminismo ha evolucionado y no estamos todo el día blandiendo una espada cada vez que te abren una puerta o te ceden el paso.

–¿Le gustan esos gestos caballerosos?

–A mí me parece que todo en su contexto. Si voy con un señor con el que estoy trabajando, no tengo necesidad de que me abra una puerta, pero si voy con mi chico [su pareja es el actor Javier Veiga] y me abre la puerta y me deja pasar o si tengo frío y me presta su chaqueta, pues me parece muy bien.

–Y, por cierto, ¿se casa Clara en «Velvet»?

–De momento, no, pero tampoco podría asegurar nada, porque he leído muy poco de los guiones avanzados. Ella está loquita por Mateo, pero tiene que estar convencida de que la va a tratar bien porque, si no, no se casa con él.