«Memorias de un hombre en pijama»: Cuarentones a mucha honra
Director: Carlos Fernández de Vigo. Guión: Paco Roca, Ángel de la Cruz y Diana López. Voces: Raúl Arévalo, María Castro. EE UU, 2018. Duración: 72 minutos. Animación.
Entre marzo de 2010 y julio de 2011, el dibujante Paco Roca publicó una tira cómica semanal en el diario valenciano «Las Provincias» en la que contaba su vida como cuarentón, soltero a mucha honra y dibujante con derecho a permanecer en pijama y pantuflas en horas de trabajo. «Memorias» era la primera parte de una trilogía que, completada por «Andanzas» y «Confesiones», conforman la prematura autobiografía de un anacoreta a tiempo parcial que comparte con muchos compañeros de quinta un cierto peterpanismo que, indefectiblemente, se asocia a una masculinidad urbanita, aposentada en la alergia al compromiso, la adicción al trabajo y una moderada misoginia. Paco Roca se reía de sí mismo colocándose en el espejo de un arquetipo generacional que, torpe y patético, parecía actualizar al Woody Allen de «Annie Hall». El autor de «Arrugas» se desvinculó de la adaptación al cine de su obra a mitad de camino. Tal vez fue en el momento en que se dio cuenta de que el resultado final iba a convertirse en una comedia romántica, y que su alter ego sería la versión europea del héroe clásico de las comedias matrimoniales de Judd Apatow o de las de los hermanos Farrelly si les borramos la escatología. La novela gráfica de Roca apostaba por una rejilla fija de dos filas y tres viñetas en cada una, simplificando la lectura y potenciando así la identificación de sus aventuras cotidianas con el consumidor no habitual de cómics. La película respeta el estilo visual de Roca haciendo aún más visibles sus ánimos de conectar con el espectador común, que vea en el dibujante y en su humor voluntariamente naïf –la anécdota de la depilación, sus problemas para descongelar una nevera o el episodio de los erizos de mar son un buen botón de muestra– su incapacidad para lidiar con la realidad hasta que encuentra al amor de su vida. El resultado es correcto, aunque no inspirado, especialmente cuando se aleja de la idiosincrasia del personaje para potenciar el lado romántico de la historia, que discurre por caminos más trillados y conservadores –la convivencia mata la creatividad– que los gags aislados que protagoniza Roca, y que le servirán para convertirse en un dibujante de éxito, luego eclipsado por la brillantez empoderada de su novia.