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«Nacimiento»: vida y martirio del primer sacerdote coreano

Llega a los cines la historia real de San Andrés Kim Tae-gon, mártir de la persecución sufrida por los primeros católicos de Corea

Una escena de «Nacimiento» en la que San Andrés Kim celebra misa en la Corea del siglo XIX
Una escena de «Nacimiento» en la que San Andrés Kim celebra misa en la Corea del siglo XIXLa Razón

Desde hace unos años, todo lo que llega de Corea del Sur fascina, desde la oscarizada «Parásitos» a «El juego del calamar», del Gangnam Style al K-Pop y BTS, primer grupo coreano que encabezó la lista Billboard 200, por no hablar de arquitectura futurista, tecnología o de las tendencias sobre moda y belleza que llegan de la Seoul Fashion Week. Corea está de moda. Este verano en Lisboa, el papa Francisco anunciaba que Seúl será sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará en 2027. Ahora llega «Nacimiento», cuyo estreno será el próximo 14 de febrero, una película que relata la historia de San Andrés Kim Tae-gon (1821-1846), el primer sacerdote coreano, que murió mártir con apenas 25 años, torturado y decapitado cerca de Seúl durante la atroz persecución a los primeros católicos que tuvo 10.000 mártires. Kim Tae-gon fue beatificado en1925 por el papa Pío XI y canonizado en 1984 por Juan Pablo II en su visita a Corea en una misa multitudinaria junto con 102 mártires más, la mayoría laicos.

«Nacimiento», dirigida por Park Heung-sik, que también firma el guión, narra los principales hechos históricos de China, Corea y sus relaciones con Occidente desde 1836 a mediados del siglo XIX: la vida del joven coreano como seminarista en Macao, el embarco en el buque Ertugrul del comandante Cecil, la Guerra del Opio entre China y Gran Bretaña, las rutas terrestres en Manchuria o las marítimas hacia la isla Baengnyeong, entre otros acontecimientos. Para lograrlo, el equipo de producción filmó en ubicaciones en todo el país. Los actores, incluidos Yoon Shi-yoon en el papel de Kim Dae-geon y Lee Ho-won, invirtieron mucho tiempo en aprender chino, latín y francés para dar realismo y autenticidad a una película que cuenta también que Kim Dae-geon, además de sacerdote, fue cartógrafo y navegante autodidacta, elaboró el primer mapa de Corea que recogía todos sus territorios al completo. Por su manejo de lenguas, Kim Tae-gon transcribió los nombres coreanos al latín, lo que supuso ser el primer mapa comprensible para Occidente. En él se incluía la isla Dokdo dentro de Corea, actualmente, uno de los principales focos de conflicto con Japón. La Constitución coreana garantiza libertad de culto y no hay religión estatal.

La mitad de la población se considera agnóstica y no profesa religión alguna; la otra mitad se divide entre cristianos (protestantes y católicos), budistas, religiones minoritarias como el Islam y algunas sectas. La historia de la Iglesia católica de Corea es un caso extraordinario, pues no surgió por evangelización directa de misioneros extranjeros, sino del descubrimiento, vivencia y anuncio de la fe de comunidades de laicos coreanos convertidos en China tras encontrarse con la fe al leer unos catecismos escritos por el sacerdote jesuita Mateo Ricci y otros misioneros. Los escritos eran leídos clandestinamente y comentados por laicos nobles que sabían leer y podían acceder a la cultura. Durante la dinastía Joseon, el cristianismo fue duramente reprimido y perseguido y los católicos recurrieron a practicar en secreto su creencia, los fieles coreanos sufrieron cien años de persecución (1785-1886). Andrés Kim Dae-geon fue el primer sacerdote coreano. Nacido de familia noble, sus padres eran cristianos conversos en una época fuertemente confucionista y su padre, Ignacio Kim, también fue martirizado, igual que su bisabuelo. Aún era niño cuando la familia se trasladó a Kolbaemasil huyendo de las persecuciones, por lo que desde la infancia respiró la fe. Fue bautizado a los 15 años y estudió en el seminario de la colonia portuguesa de Macao, China. Seis años después fue ordenado sacerdote en Shangai (1845) por el obispo francés Jean Joseph Ferréol y volvió a su país a través de Manchuria y del Mar Amarillo para predicar y evangelizar.

El 5 de junio de 1846 fue arrestado en la isla Yonpyong e inmediatamente enviado a la prisión central de Seúl. El rey no quería condenarlo por sus vastos conocimientos y dominio de idiomas, pero algunos ministros insistieron en la pena de muerte y el 16 de septiembre de 1846 fue decapitado. Tenía 25 años y antes de morir dijo: «Es por Él que yo muero ¡Ahora comienza la eternidad!». El l6 de mayo de 1984, Juan Pablo II canonizó a San Andrés Kim Tae-gon en Corea. El Papa manifestó: «La Iglesia coreana es única porque fue fundada completamente por laicos. Esta Iglesia incipiente, tan joven y, sin embargo, tan fuerte en la fe, soportó ola tras ola de feroz persecución. La muerte de estos mártires fue la levadura de la Iglesia coreana y la llevó a su espléndido florecimiento actual. Todavía hoy, el espíritu inmortal de los mártires sostiene a los cristianos de la Iglesia del silencio en el norte de esta tierra trágicamente dividida».