Crítica de cine

Pero no vienen de París

Pero no vienen de París
Pero no vienen de Paríslarazon

Directores: Nicholas Stoller y Doug Sweetland. Guión: Nicholas Stoller. Voces en español: Arturo Valls, Belén Cuesta, José Corbacho. EE UU, 2016. Duración: 89 minutos. Animación.

Seguro que el nombre de Doug Sweetland les suena a chino con razón, y quizá un poco menos si se añade que dirigió el maravilloso corto de Pixar (todos los de esos estudios son unas bellezas, al cabo) «Presto», nominado en 2008 al Oscar. Ahora, Sweetland debuta en el otro metraje con «Cigüeñas», o la historia sobre cómo ha evolucionado la empresa de las aves que acarreaban bebés para los padres de todo el mundo y que hoy envían paquetes organizados por el gigante multinacional de internet Cornerstore.com. Pero cuya sede, y ahí pincha la leyenda una vez y otra, no se encuentra en París, que paga Warner. Ya sabiendo lo antes dicho resulta fácilmente deducible que nos hemos topado con una producción concebida casi en exclusiva para los niños, y, cuanto más pequeños, mejor (lo digo por la ingenuidad, esa que vamos perdiendo de manera tan rápida con los años...); y, aunque los «gags» muchas veces no den pie con bola y les cueste hacer gracia (tampoco ayuda que en la versión española se cite a Calatrava o José Luis Moreno) y, para los ojos de un adulto, la cinta arranque de una premisa ingenuamente encantadora y disparatada, posee un ritmo frenético, una vistosa y muy colorida animación, y no cae tampoco en la cursilería a pesar de las caritas de los neonatos, lo que no es poco, que el género da para muchos bochornos. O sea, que se encuentra en las antípodas de «La fiesta de las salchichas», una cinta de animación para adultos que aparece en nuestro país la próxima semana y avisados quedan, porque la película tiene tomate (literal) y unos protagonistas alimenticios picantes como un ajo. Ojito con el taco mexicano de Salma Hayek.