Cine

Hollywood

Sylvester Stallone, el renacido

Casi 40 años después de su debut con «Rocky», el actor repite nominación a mejor actor en los Oscar por la séptima entrega de la historia de este boxeador que le dio la fama en 1977

EL NTRENADOR. «Creed» es el retorno de Stallone (en la imagen, con Michael B. Jordan) a Rocky
EL NTRENADOR. «Creed» es el retorno de Stallone (en la imagen, con Michael B. Jordan) a Rockylarazon

Casi 40 años después de su debut con «Rocky», el actor repite nominación a mejor actor en los Oscar por la séptima entrega de la historia de este boxeador que le dio la fama en 1977

Sylvester Stallone se ha pasado más de media vida siendo Rocky Balboa. El éxito lo alcanzó con estruendo, como un autobús de madrugada que no sabe frenar a tiempo, tras un humilde ejercicio de disciplina cuya idea fundamental era evitar la indiferencia de la industria, seguir trabajando al menos para pagar las facturas. Fue así de golpe, con más músculo que talento, en 1976, con un guión sobre un boxeador local acabado que se topaba con la oportunidad de su vida para ser el campeón de los pesos pesados.

Después del rechazo de unos cuantos estudios, dos productores como Irwin Winkler y Robert Chartoff le dijeron que sí a cambio de 350.000 dólares y que su rostro no figurase en la gran pantalla. Pensaron que tipos como Robert Redford o Burt Reynolds tendrían una mejor cabida en el papel del Potro italiano, pero Stallone insistió en que debía ser él. El neoyorquino, un tanto desesperado en ese entonces, fue tajante: o yo o nada. Con aquel papel logró lo que sólo Chaplin y Welles habían conseguido antes: ser nominado a los Oscar como mejor actor y mejor guión por una misma cinta.

Esa perserverancia suya, pese a la fama y los millones, han marcado su larga carrera cinematográfica. La prueba es este retorno inesperado a los grandes premios con el que ya nadie contaba. Y menos con una séptima parte de una franquicia tan manoseada y estirada como «Rocky», brillante en su primera entrega y comercial en las siguientes hasta convertirse en un producto insoportable. Incluso con «Rocky Balboa», la sexta entrega con la que trató de redimirse. Es cierto que hizo taquilla, que la crítica le reconoció el haber reconducido un tanto el personaje, con su mejor desempeño desde «Máximo riesgo» en 1993, cuando aún tenía músculo que mostrar a sus adeptos. Pero nada como «Creed», del director Ryan Coogler y los mismos productores que apostaron por el primer guión de Stallone, una cinta fresca y adaptada a los nuevos tiempos que le ha otorgado al viejo Rocky una gloria monumental: la de estar nominado de nuevo a un Oscar, 39 años después.

Confiesa que le llega en un momento especial, que sabrá valorarlo bastante más que cuando le nominaron en 1977. «La primera vez estaba muy verde, era bastante inocente, y no supe entender lo especial que es que te reconozcan tus colegas», señaló el actor a «Deadline», una publicación especializada en cine. «Tenía 29 años y ahora tengo 69. Creo que esto es un milagro moderno».

- Ya tiene el Globo de Oro

Pese a la experiencia, Stallone sabe que serán días de indudable nerviosismo hasta que se sepa el nombre del ganador el próximo 28 de febrero. Empezando por la primera noche, la del 14, cuando regresaba en un vuelo desde Inglaterra a las 3:30 de la mañana y sin poder dormir hasta que anunciaron las nominaciones a los Oscar unas horas después. Lo bueno, al menos, es que ya tiene en su poder el Globo de Oro por el mismo papel como mejor secundario. Lo malo es que sus competidores en el Dolby Theater de Los Angeles serán algo más fieros que los seleccionados por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, empezando por Christian Bale, nominado por su trabajo en «La gran apuesta».

Se las verá también con Mark Ruffalo, por «Spotlight», con Tom Hardy, el enemigo de Leonardo DiCaprio en «El renacido», y con Mark Rylance, nominado también en los Globos de Oro por su papel en «Puente de espías».

Podría ser, de llevarse el premio, el gran colofón para la segunda etapa de su carrera, esa en la que lleva inmerso años tratando de demostrar que aún puede, que tiene historias que contar y ganas de seguir. Lo logró, al menos a efectos de taquilla, con una nueva saga, la de «Los mercenarios», con tres entregas en total y una cuarta preparada para lanzar en 2017. Stallone tiró de nostalgia y reunió a viejas glorias del mundo de la acción como Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis o Dolph Lundgren –el hombre que hizo del temible ruso Ivan Drago en «Rocky IV»– para demostrar que aún le quedaba gasolina en el tanque.

«La realidad es que no lo hice por dinero», admitió en una entrevista en 2010, coincidiendo con el estreno de la primera entrega de su nueva saga. «Con Rocky Balboa tuve que poner dinero de mi bolsillo, y con las nuevas también lo he hecho». Dice que su reputación estaba tan dañada después de fiascos como «Spy Kids» o la quinta parte de Rocky –«un auténtico desastre», en sus propias palabras– que todo el mundo se rió de él cuando propuso una nueva película sobre boxeo. «Seguí insistiendo hasta que alguien puso el dinero para dirigir la nueva película, que funcionó bien. Y entonces me dije: ‘‘lo has conseguido’’. Sentí que mi vida estaba completa».

No sabía entonces el hijo de un peluquero y de una astróloga y bailarina que le quedaba esto por vivir, favorito en las quinielas para darle el toque de color a una ceremonia con una falta alarmante de diversidad. Sería el triunfo de una vieja gloria, de un hombre que, gracias a Rocky, todo el mundo quiere.

5 papeles estelares

- Evasión o victoria (1981)

Uno de los filmes más peculiares de John Huston, con Stallone haciendo de portero de fútbol.

- Acorralado (1982)

Primera y gloriosa aparición de John Rambo, el otro alter ego salvaje del actor.

Una saga para recordar.

- Cobra (1983)

Stallone es un policía justiciero, «el brazo fuerte de la ley», en otra de esas cintas de acción que lo

hicieron famoso en los 80.

- Demolition Man (1993)

Ciencia ficción y muchos tiros se dan la mano en una cinta taquillera en la que Stallone se enfrentaba a Wesley Snipes.

- Cop Land (1997)

Rodeado de grandes como De Niro o Keitle, da vida a un sheriff pasado de kilos que lucha contra la corrupción.