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Historia

Comanches sobre caballos de pura raza española

Un estudio publicado en "Science" anticipa 200 años el momento de la adopción de las monturas por parte de los nativos americanos: sus equinos eran de raza pura española

Indios nativos americanos.
Indios nativos americanos.Dreamstime

Por suerte, empieza a contarse bien, pero durante mucho tiempo fue una historia soslayada. La epopeya de los españoles en América del Norte fue tan emocionante y aventuresca como en el resto del continente, acaso más. Personajes como Francisco Vázquez de Coronado o Tristán de Luna y Arellano hollaban los polvorientos caminos de las grandes llanuras de lo que hoy es Estados Unidos apenas cuatro décadas después del desembarco de Cristóbal Colón. Los esfuerzos de la Corona española miraban hacia el Sur, pero unos pocos exploradores abrieron camino hasta encontrar y fundar California en honor a un territorio ficticio, el topónimo de una novela de caballerías que hacía poco que había sido escrita.

En su camino, estos exploradores no contaban con el apoyo numérico de hombres que sí tenían otras expediciones. Apenas disponían de algunas monturas, caballos de raza española, y de unos pocos indios mexicanos además del sacerdote indispensable para evangelizar a su paso. En su camino (Vázquez de Coronado llegó hasta lo que hoy es Kansas), se encontraron con las tribus que desde tiempos ancestrales habían ocupado esos territorios. No fueron todos encuentros amistosos, pero siempre aseguraron el entendimiento general. Prueba de ello es que los apaches, comenzando por su legendario líder Gerónimo, hablaban español. Quizá una de las cosas que propició ese largo entendimiento fuera la fascinación que sintieron los indios al ver a los españoles. Pero no era por sus arcabuces, ni por su piel clara o sus largas y pobladas barbas tan poco frecuentes en su fenotipo. Ni siquiera por esas extrañas ropas. Lo que volvió locos a las tribus americanas eran las hermosas monturas de aquellos extranjeros. Los nativos ganaron algunos caballos en escaramuzas y emboscadas a los españoles, seguramente otros se escaparon. Hay constancia por testimonios de los diarios de aquellos exploradores que los caballos como ofrenda ayudaron al entendimiento o al menos a la tolerancia entre unos y otros. No fue así con los colonos anglosajones, que les masacraron de forma inmisericorde, desgraciadamente.

Ahora, un estudio corrobora lo que muchos conocedores de la historia ya sabían. Los comanches emigrados al sur y otras tribus de las praderas, cuyo símbolo es el caballo, lo adoptaron de aquellos encuentros y sus monturas eran de pura raza española, según ha publicado la prestigiosa revista «Science», que corrobora que los animales llegaron a las tribus casi 200 años antes de lo que «se creía». Antes de lo que creían los historiadores anglosajones, claro, que sostenían que las monturas de las tribus indias habían llegado en los barcos de los colonos de finales del XVII. Según el equipo, liderado por el antropólogo William Taylor de la Universidad de Colorado en Boulder (EE UU) y que incluye investigadores de las naciones lakota, comanche y pawnee, estas culturas indígenas de las Grandes Llanuras (Great Plains) norteamericanas y las Rocosas septentrionales habrían integrado a los equinos mucho antes de la llegada del resto de colonizadores europeos a la región. La nación india cabalgó sobre monturas de pura raza española.