Crítica de cine

Como en la vida real

La Razón
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De las tres películas a concurso, vamos a empezar por la única que realmente vale la pena. Y es española. Se trata de La Madre, del vallisoletano Alberto Morais, quien ha construido una original historia y ha sabido contarla muy bien. Adolescente conflictivo, sin padre, carne de Centro de Menores. Su madre, más conflictiva todavía, aunque no dudemos del fuerte lazo materno-filial que existe entre ambos, ayudado por la espléndida interpretación de Laia Marull. En la película hay buenos y malos, como en la vida real, sólo que en esta última suelen ganar los malos. Aunque en la película... Film muy recomendable.

La segunda de las tres, la colombiana LA CIÉNAGA – ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA, de Manolo Cruz y Carlos del Castillo. Una película que debería entristecer o entretener al espectador y que no logra ninguno de esos objetivos. En viviendas lacustres, habita un joven de movilidad limitada, siempre en el lecho, conectado a una máquina médica que nunca nos enseñan, deformado completamente por la degeneración de huesos y músculos. Le cuida su madre. Esta historia no necesita más de veinte minutos en clave documental y no más de hora y media en un aburrido relato.

La tercera, cuya duración supera las dos horas y quince minutos y que ya participó en la sección oficial de Cannes, resulta indignante sobre cualquier pantalla: AQUARIUS / DOÑA CLARA, de Kleber Mendonça Filho. Una película a mayor gloria de la actriz protagonista, una envejecida Sonia Braga, que sabedora de estas circunstancias, se pasa varios pueblos a la vez haciendo toda la gama de gestos posibles en primer plano. La trama, sencilla, consistente en la defensa por parte de ella de una vivienda (la única que no se ha vendido), ambicionada por una inmobiliaria sin escrúpulos, no tiene necesidad ni entidad para semejante metraje. Secuencias interminables que no apartan nada nuevo a cuanto ya sabemos.