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Sin rastro

Se confirman las sospechas: El músico Joaquín Gaztambide no está en su ataúd

Había gran expectación con la apertura del féretro de latón atribuido al compositor

El compositor Joaquín Gaztambide
El compositor Joaquín GaztambideLa Razón

Representantes del Ayuntamiento de Tudela y de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, junto a un biznieto del ilustre compositor tudelano Joaquín Gaztambide, han comprobado este martes en el cementerio de la localidad lo que ya se sospechaba: el cuerpo del músico navarro no está en el que se creía que era su ataúd. Con gran expectación, el alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, el antropólogo forense Paco Etxeberría, el biznieto del músico, también llamado Joaquín Gaztambide, y la jefa del archivo municipal, Beatriz Pérez, han asistido a la extracción de su nicho del ataúd de latón atribuido al compositor y la apertura del mismo. "Tengo que informar de que no está Joaquín Gaztambide donde creíamos que estaba", ha declarado el alcalde de Tudela a los medios de comunicación.

No van a hacer falta las pruebas de ADN a las que se había prestado el biznieto de Gaztambide. Los antropólogos han confirmado inmediatamente que el cuerpo que reposaba en el ataúd era el de una mujer, que de hecho fue enterrada junto a unos zapatos rojos de tacón.

Algo ha fallado en esta historia. Joaquín Gaztambide, prolífico autor de zarzuelas, falleció en 1870 en Madrid, donde sus restos se enterraron en el cementerio Patriarcal de la ciudad. En 1921, el Ayuntamiento de Tudela, con el objetivo de construirle un panteón, consiguió que se autorizara el traslado del cuerpo a su localidad natal. Su despedida en Madrid fue casi propia de un jefe de estado. Su cuerpo, embalsamado por el Museo Antropológico, que aún conserva su hígado, desfiló por las calles de la capital en un ataúd de latón con ventana de cristal, que visitó los centros culturales más importantes de la ciudad, donde fue acompañado por las principales autoridades de la época.

En 1921, cuando el cuerpo de Gaztambide fue recibido en Tudela, al no haber todavía una tumba preparada, el ataúd se depositó en la capilla familiar de los Garbayo, donde estuvo hasta que en 1941 se trasladó a un nicho del cementerio. En 1955 se abrió el mismo con la idea de depositarlo en un proyectado panteón y fue entonces cuando saltó la sorpresa: dentro había el cuerpo de una mujer, al parecer de avanzada edad, y unos zapatos rojos de tacón. El nicho volvió a cerrarse y se olvidó la idea del panteón.

El alcalde Toquero ha asegurado que éste era "un momento histórico para Tudela y para nuestra tierra", porque la localidad tiene "una deuda pendiente" con Joaquín Gaztambide, "uno de los grandes nombres históricos que ha dado esta ciudad". "Yo estaba esperanzado de que Gaztambide estuviera en Tudela y pudiéramos hacerle un mausoleo en condiciones en su ciudad", ha reconocido Toquero, quien ha explicado que, a partir de ahora, van a intentar "tirar de la manta" y reconstruir la línea cronológica desde 1921 para tratar de averiguar qué pasó con el cuerpo del compositor.

La investigación va a comenzar en la capilla de los Garbayo, en Tudela, donde estuvo temporalmente el cuerpo de Gaztambide y, si no se obtienen resultados, se harán gestiones en Madrid, en el antiguo cementerio Patriarcal, y en la catedral de la Almudena, a la que en 1924 fueron llevados los restos de la esposa del compositor y dos de sus hijos. "Con tranquilidad y con templanza vamos a trabajar", ha dicho Toquero, quien ha reconocido que siente cierta decepción, porque "Tudela necesita cerrar esta etapa" y "cerrar este círculo y esta historia y honrar a Gaztambide como se merece".

Joaquín Gaztambide, biznieto del músico navarro, ha lamentado que "no ha habido suerte en este primer intento" de localizar a su bisabuelo, pero está seguro de que en el futuro "se podrá aportar datos a la historia de la música en España". "Esto es como una montaña rusa, porque, cuando hemos visto la caja, nos hemos ilusionado, porque hemos dicho que correspondía al estilo de la época en la que se produjo el traslado" del cuerpo de su antepasado, aunque en algún momento hubo "un traspiés" y los restos desaparecieron. Gaztambide no se ha atrevido a aventurar una hipótesis sobre lo sucedido, porque aquella fue "una época turbulenta" en España y la familia conserva una "tradición oral" sobre su bisabuelo, pero no documentos escritos sobre el mismo.

La archivera municipal de Tudela, Beatriz Pérez, ha comentado al respecto que a partir de ahora "iremos hacia atrás a ver si conseguimos localizar" a Gaztambide y "dónde ha habido el error" que ha provocado la desaparición del cuerpo.

Madrid y Tudela, ha apuntado, son las dos ciudades en las que se van a hacer investigaciones para tratar de dar una respuesta a la pregunta que muchos se hacen en este momento: ¿Dónde está el cuerpo de Gaztambide?