
Música
Se consolida la era de la «latino gang»
El nuevo Anuario del Instituto Cervantes «El español en el mundo» sitúa a la cultura como una de las razones de la favorecedora expansión del idioma

El primer «boom» de la música latina estalló en los 90, con Ricky Martin, Shakira o Enrique Iglesias. En 2017, el «Despacito» de Luis Fonsi y Daddy Yankee permitió que la escucha de la música en español creciera significativamente. En los últimos años, hitos como el de Bad Bunny, que tiene dos discos que han alcanzado el primer puesto en el ránking de «Billboard 200», o de Karol G, la primera artista femenina hispana en ser también número uno mundial, han permitido, no sólo que se consoliden géneros musicales como el trap, el reguetón o el dancehall, «sino también que se hayan creado diferentes nichos de mercado que han ido ampliándose en países que no son de habla hispana», explica Eduardo Viñuela, musicólogo y profesor en la Universidad de Oviedo. Ha participado en la confección del Anuario del Instituto Cervantes 2024 «El español en el mundo» como autor de una de las partes más reveladoras del volumen: «Una parte fundamental del libro está dedicada a la cultura, nos parecía importante evaluar la presencia de nuestro idioma uniendo la alta y la cultura popular», explica el director del Cervantes, Luis García Montero. En 2023, el consumo de la música en inglés ha caído un 3,8%, exactamente el mismo porcentaje que ha aumentado el consumo en español. En el caso del género urbano latino se ha generado, según reza el libro, una suerte de lengua franca, conformando una unidad panlatina de artistas que ya cuenta con una etiqueta propia, la «latino gang», en referencia al término que acuñó Bad Bunny para definir esta generación de artistas hispanohablantes.
Los hablantes de español han superado en 2024 y por primera vez en la historia, según el Anuario, la cifra de 600 millones de hablantes en todo el mundo. Una cantidad que suma a las personas con dominio nativo (casi 500 millones), con competencia limitada (cerca de 78 millones) y los estudiantes de nuestro idioma (más de 24 millones). Explica García Montero que para esta vigésimo quinta edición del volumen «se ha puesto en marcha el Observatorio Global del Español en el mundo bajo un acuerdo del Gobierno de España con la Comunidad de La Rioja, donde está la sede». A través de esta vía se ha calculado que la cantidad de hablantes de español fuera de los países hispánicos está cercana a los 100 millones. Han aumentado las cifras, por ejemplo, en Costa de Marfil, Camerún o Estados Unidos, donde los hispanos con capacidad de voto en las próximas elecciones presidenciales ha aumentado del 7,4% en 2000 al 14,7% en 2024. Esto se debe a un transformo migratorio, aunque también es gracias a la cultura. «Somos la lengua de Cervantes, pero también una parte muy notable de la oferta musical que se hace en la actualidad, así como de series, películas, video-juegos o literatura. Este es el mejor ejemplo de que en las palabras caben muchas cosas», matiza García Montero.
El castellano, apunta Carmen Pastor, directora académica del Instituto, «es la segunda lengua más importante en la producción cinematográfica del mundo, por detrás del inglés». En cuanto a las series, se registraron 53 ficciones realizadas desde nuestro país, lo que supone un 33,1% de las producciones europeas. En particular, para el Anuario han analizado Netflix como la plataforma más representativa y concluido que nuestro país es, junto al Reino Unido, el mayor productor de series de ficción en Europa. El Cervantes da, por tanto, la bienvenida a una era consolidada del hispanohablante, en la que el español, más que nunca, se lee, se escribe, se baila, se canta y se escucha.
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