Quién creó la arroba y su enlace con el e-mail: es de origen árabe
El origen del correo electrónico tal y como lo conocemos se remonta al idioma árabe clásico y su enigmático alfabeto. La arroba es un claro ejemplo de conexión con estos conceptos
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La historia de Internet va intrínsecamente ligada al uso de signos y símbolos que, con el paso del tiempo, han sido utilizados con una nueva connotación. Si bien hay algunos que su origen se encuentra alejado de todo lo relativo al mundo digital, como el caso de la arroba, otros han sido creados desde cero. Un ejemplo claro es el de el famoso hashtag, este fue creado en 2007 y obtuvo una notoria popularidad con su implementación oficial en Twitter, ahora X. Asimismo, en relación con este fenómenos destacan algunos símbolos matemáticos, letras antiguas o signos de acentuación.
Aunque en realidad, tampoco hay que irse tan lejos puesto que, antes de los emojis tal y como los conocemos, los emotes eran representados con la anexión de varios signos de nuestro imaginario para mostrar emociones vía escrita. No obstante, la insignia que hoy nos incumbe es la arroba y su ancestral origen. Nos hemos de remontar al inicio de los tiempos, al alfabeto árabe clásico, hace más de cinco siglos. Esta insignia forma parte del legado arábico, uno de los más longevos de la historia. Para empezar hay que resaltar que no se trata de una letra sino de un símbolo.
El símbolo de la '@' , de nacimiento medieval, fue retomado en 1971 con la aparición del primer correo electrónico. Hoy en día es un elemento indispensable en nuestra vida telemática y sirve como prefijo para identificar a usuarios dentro de la red. Este uso digital se ha normalizado en nuestros teléfonos móviles hasta el punto de emplearse, con el mismo significado, en todas las redes sociales. Por otro lado, también es utilizado de manera coloquial para referirse a aquellas acepciones que se refieren tanto al género masculino como femenino. Aunque la RAE ha declinado este uso atribuyéndole una errónea concepción generalizada.
El primer documento de este atributo data del año 1448, encontrado por Jorge Romance en la Taula de Ariza, un registro aduanero entre Aragón y Castilla. Durante este periodo, gran parte de la Península se encontraba bajo el mandato musulmán por lo que su afiliación con el Califato es un hecho palpable. En primera instancia se entonaba bajo la dicción ar-roub y el sentido primario agregado para este signo era el de expresar la cuarta parte de una ánfora, pues era empleado por los mercaderes. Esta unidad de medida ya era utilizada por los griegos y romanos. Sin embargo, en la edad media, los copistas aplicaban su uso a los textos para simplificar la preposición latina ad que significa 'hacia' o 'hasta'.
Después esta nueva se extendió a otros ámbitos, como por ejemplo cartas oficiales en las que delante del nombre del destinatario iba la arroba. De este acontecimiento proviene su uso en la actualidad, puesto que, a grandes rasgos sigue teniendo la misma intención, cambiando la pluma por la pantalla táctil. Cuando se incluyó la maquina de escribir en el siglo XIX ya la incluyeron en el teclado para su empleo comercial. Es por eso que en 1971, Ray Tomilson eligió este símbolo en su nuevo proyecto de creación del e-mail.
El informático estadounidense eligió este símbolo porque se encontraba prácticamente en desuso. Al mismo tiempo, debido a su traducción en ingles como ad, como ya hemos mencionado con anterioridad, este signo daba una sensación de localización, objeto que se buscaba para identificar a los distintos usuarios en la web. Tomilson es el primer ingeniero que escribió la primera dirección de correo electrónico de la historia: tomilson@bbn-tenexa. Además también envió el primer mensaje de manera directa aunque este acto no fue grabado puesto que jamás imagino el impacto que iba a tener esta invención. El resto ya lo conocemos.