Crítica de "Los 4 Fantásticos": Atención, aviso: la familia Marvel crece ★★★

El gran, atractivo, carismático Pedro Pascal se plantó hace unos cuantos meses, y por fin ya lo vimos, el traje de superhéroe, en concreto el de Reed Richards/Mister Fantástico, o el hombre elástico, para el regreso de «Los 4 fantásticos: primeros pasos», aunque en su caso no esperen a un exageradamente fornido protagonista (lo justo, aunque todo muy bien puesto) y el bigote lo acompañe de nuevo, y «ad aeternum», como Gable siempre decidió hacer con el suyo.

Reed forma parte, en un encantador y colorido mundo retrofuturista inspirado en los neoyorquinos (advertimos, aunque los amantes de este cine, lo saben de sobra, la Gran Manzana acabará hecha un asquito) años 60 como telón de fondo, de la Primera Familia de Marvel junto a Sue Storm/la Mujer Invisible (Vanessa Kirby), Johnny Storm/la Antorcha Humana (Joseph Quinn) y Ben Grimm/la Cosa (Ebon Moss-Bachrach). Reed y Sue, enamoradísimos, esperan un hijo, cuyo alumbramiento es inminente, mientras una nueva amenaza, esta vez de proporciones estratosféricas, amenaza al planeta, que, literalmente, será engullido por un colosal villano llamado Galactus que se alimenta de trasegar astros y cuanto cuelgue del universo si alguien no lo remedia.

Toca, pues, defender de nuevo la Tierra, esta vez de un gigantón con aires aztecas acompañado por su intrigante y enigmática ayudante, Estela Plateada, a una tabla de surf unida. Y, por si no tuvieran bastante con Galactus y su plan para devorar el mundo y a todos sus habitantes de paso, la situación va a tomar tintes muy personales, porque Galactus les propone que solamente no cumplirá su hambriento deseo si la pareja le entrega al ya recién nacido bebé, cuyos poderes son incluso superiores que los de sus padres y que Galactus piensa será su mejor heredero.

Es muy comiquera la nueva aventura de estos personajes (el aire vintage de la ambientación ayuda de manera notoria a ello), muy entretenida, aunque en ocasiones hablen más de la cuenta, e inocente, quizá demasiado para lo que le hubiera gustado al propio Stan Lee, padre de esta y de tantas otras criaturas que conforman el todopoderoso Universo Marvel, aunque también estaría orgulloso de tan respetuosa relectura de la obra. Y, bueno, hay las consabidas escenas postcréditos (dos) y una no tan velada promesa. A lo que vamos: Pascal, queremos un hijo tuyo.

Lo mejor:

Es muy fiel a la historia original, bastante entretenida y, sí, un buen nuevo comienzo

Lo peor:

Suele ocurrirle a los filmes de la Marvel, algún que otro endeble chistecillo