Crítica de "Deadpool y Lobezno": chatarrería patafísica ★ 1/2
Dirección: Shawn Levy. Guion: Ryan Reynolds, Rhett Reese y Paul Wernick. Intérpretes: Ryan Reynolds, Hugh Jackman, Emma Corrin, Matthew Macfadyen. EE.UU., 2024. Duración: 128 minutos. Acción.
Barcelona Creada:
Última actualización:
Dirección: Shawn Levy. Guion: Ryan Reynolds, Rhett Reese y Paul Wernick. Intérpretes: Ryan Reynolds, Hugh Jackman, Emma Corrin, Matthew Macfadyen. EE.UU., 2024. Duración: 128 minutos. Acción.
Si las ‘spoof movies’ como “Scary Movie” o “Epic Movie” han desaparecido del mapa de las carteleras, tal vez sea porque determinados géneros se parodian a sí mismos sin salir de su ecosistema narrativo. Si en 2008 una película como “Superhero Movie” podía tener sentido, en el 2024 en que se estrena “Deadpool y Lobezno”, ya no. La degradación discursiva del género superheroico incluye lo que podríamos denominar su desarrollo memético, hasta el punto de que “Deadpool y Lobezno”, atravesada por la voz autoconsciente, sarcástica y descreída que Ryan Reynolds acuñó como documento nacional de identidad de su procaz superhéroe, parece concebir el cine pensando en su futura fragmentación en piezas de tiktok o microgags postmetatransmediáticos. Hay una línea argumental, que utiliza el multiverso y los viajes en el tiempo sin preocuparse de establecer ninguna lógica interna, que tiene la función de resucitar la figura de Lobezno (la Fox lo mató, la Disney lo vuelve a la vida) y reivindicar que todos los superhéroes, incluso los que dicen tacos, pueden salvar el mundo y dejar huella en la intimidad, pero lo que importa de verdad es la lluvia de ‘one-liners’, cameos supuestamente esperados por los fans y ruido digital que se articula como un festival, y cito a la película, de “chatarrería metafísica” (o, mejor dicho, patafísica). Si en un momento cualquiera de “Deadpool y Lobezno” el espectador se cansa de las bromas a costa de la absorción de la Fox por parte de la Disney -coronadas con el logo petrificado del estudio como un monumento en ruinas, a lo “Planeta de los Simios”- puede pensar en por qué los superhéroes del filme acaban anclados en ese desértico Vacío, condenados a vagar por un espacio sin identidad donde las secuelas y los ‘reboots’ no son más que la pesadilla recurrente de un ejecutivo que odia los cómics. Ese Vacío es, claro, una metáfora de manual: es el vertedero de ideas en el que, a estas alturas, los superhéroes de la Marvel merecen vagabundear, meros simulacros de lo que fueron, como proyecciones cavernarias que vagan en una versión ‘trash’ de la isla de “La invención de Morel”.
Lo mejor: si no intentas entenderla como una película convencional sino como un infinito encadenado de memes, gana puntos.
Lo peor: pensar que no es el fin de un ciclo sino el principio de una gran amistad.