Crítica de "Decision to Leave": doloroso amor entre el mar y la montaña ★★★☆☆

¿Qué ocurre cuando tenemos un rompecabezas con más piezas de las que necesitamos? En algunas películas de Park Chan-wook (“Oldboy”), esas piezas abren caminos sorprendentes, capaces por sí mismos de formar otro puzzle. En otras (“La doncella”) vemos que habíamos contado mal las piezas, porque en realidad todo cuadraba. En algunas más (“Thirst”, “Stoker”), las piezas forman dibujos inesperados y perversos. ¿Qué ocurre con “Decision to Leave”? Hay piezas que sobran, y punto. Como si el cineasta coreano quisiera sumergirnos en la era de la sobreinformación, satura su relato de mensajes de texto y de voz, de procedimientos de investigación narrados con minuciosidad neurótica, de papeleos inútiles, de hipervigilancias omnívoras, que tiñen de nubosidad variable lo que de verdad importa: que aquí se está explicando una historia de ‘amour fou’ entre un detective de policía y la principal sospechosa del presunto asesinato (¿o fue un suicidio?) de su marido, una inmigrante china que puede o no ser una mantis religiosa.

El “Vertigo” de Hitchcock sería un buen punto de partida para esta película dividida, sobre todo por la deriva trágica que emprende la historia en su segundo tramo, cuando queda claro que lo criminal es solo una excusa para sumergirse en una pasión destructiva. Pero el Hae-Joon de “Decision to Leave” solo comparte con el Scottie Ferguson de Hitchcock su fragilidad emocional, encarnada en un enfermizo insomnio, y su tendencia a la obsesión, no su fascinación necrófila. Si Park Chan-wook fuera menos romántico, cualquiera diría que la “Perversidad” de Fritz Lang es una de sus películas favoritas. Solo que aquí la pulsión de muerte es correspondida, el deseo y la muerte construyen un vínculo compartido que la luctuosa, elegantísima puesta en escena del filme anuncia desde los primeros encuentros entre los protagonistas.

Si el cineasta coreano comparte con Brian de Palma el gusto por el pastiche, los giros narrativos imposibles y el virtuosismo del trabajo de cámara, se aleja en el terreno de la autoconsciencia paródica. “Decision to Leave” está filmada desde la convicción del que cree en los amores imposibles. ¿Cómo pueden amarse el mar y la montaña sin hacerse daño? La película es, en definitiva, la crónica de ese dolor: el mar erosiona, la montaña limita. Y en esa tensión en la que colisionan agua y tierra, lo femenino y lo masculino, cristaliza un final de perturbadora belleza, en una playa, allí donde la arena, acariciada por las olas, acaba con lo que más amamos.

Su virtuosismo formal y la sinuosa elegancia de su puesta en escena.

Le sobran complicaciones narrativas algo gratuitas, que despistan la atención sobre lo que más importa, la historia de ‘amour fou’.