Crítica de "Gloria": música celestial ★★ 1/2
Directora: Margherita Vicario. Guion: Anita Rivaroli, Margherita Vicario. Intérpretes: Galatea Bellugi, Veronica Lucchessi, Carlotta Gamba, Maria Vittoria Dallasta. Italia, 2024. Duración: 106 minutos. Drama.


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¿A qué Gloria se refiere el título, a la inmortal de Umberto Tozzi o a la más inmortal pieza coral religiosa de Vivaldi? A tenor de las pretensiones del debut en el largo de la actriz y compositora Margherita Vicario, las dos opciones podrían ser correctas, porque su película, como ocurre en tantos musicales contemporáneos, prefiere que las placas tectónicas del tiempo se desplacen entre el periodo histórico retratado y el futuro que en él se proyecta, buscando en el anacronismo la solución a todos sus males. Estamos en los albores del siglo XIX, pero la manera más simple y directa de definir que Teresa, nuestra heroína, está adelantada a su tiempo, es ponerla a tocar el pianoforte como si el blues y el jazz ya hubieran sido inventados; es más, como si fuera ella su inventora.
Huelga decir que el filme explicará cómo esta joven criada en el orfanato y conservatorio de Sant’Ignazio consigue hacerse oír en un ambiente poco propicio para descubrir su talento musical. Por supuesto, el villano será un capellán atrapado en la tradición más rancia, con menos talento que un palomo sordo pero menos interés aún en que sus discípulas destaquen, y mucho menos en que una Cenicienta cualquiera se revele como la Mozart del lugar.
El hallazgo más estimulante de “¡Gloria!” es lo que tiene de trabajo de investigación sobre las compositoras europeas decimonónicas, y lo difícil que lo tenía cualquier mujer en el siglo XIX -y mucho menos las que no ostentaban una posición social privilegiada- para desarrollar su potencial como artista. Es evidente que la película tira millas con la agenda feminista en boga, y, aunque despierta una cierta simpatía el modo en que la protagonista convierte cualquier sonido cotidiano en nota musical, como demuestra una de las secuencias iniciales, resulta demasiado tópica la historia de la banda de chicas que acoge a Teresa, hasta el punto de que la trama -y sus derivas melodramáticas, con hijos ilegítimos incluidos- banaliza el supuesto mensaje reivindicativo del filme.
Al final da la impresión de que Vicario ha situado la acción en el siglo XIX no para reivindicar el talento de las ninguneadas artistas de la época, sino para hacer “una fábula de cenicientas pop”, como reza el sobretítulo de su póster español.
- Lo mejor: Galatea Bellugi, a la que habíamos visto en “A fuego lento”, confirma su talento.
- Lo peor: No sabe si ser una película rigurosa o una fábula yeyé.