Sección patrocinada por sección patrocinada

Estreno

Crítica de "Ingeborg Bachmann. Viaje hacia el desierto": entre el humo y la locura ★★

Dirección y guion: Margarethe von Trotta. Intérpretes: Vicky Krieps, Ronald Zehrfeld, Tobias Samuel Resch, Basil Eidenbenz, Luna Wedler, Renato Carpentieri. Alemania, 2023. Duración: 111 minutos. Biopic.

Un fotograma de "Ingeborg Bachmann. Viaje hacia el desierto"
Un fotograma de "Ingeborg Bachmann. Viaje hacia el desierto"Imdb

Es difícil entender por qué Margarethe von Trotta, la directora de “Rosa Luxemburgo” y “Las hermanas alemanas”, dedica tanto tiempo de este tedioso ‘biopic’ a la relación de amor tóxico entre la escritora, filósofa y lingüista Ingeborg Bachmann con el también escritor Max Frisch, sobre todo teniendo en cuenta que su carrera se ha distinguido por aportar una visión feminista al bando más político del Nuevo Cine Alemán.

Tal vez la cineasta teutona quería destacar las contradicciones irreconciliables entre una vida intelectual osada, avanzada a su tiempo, y una vida amorosa que se dejó atrapar por los celos y el machismo, ilustrando cómo de esa tensión destructiva emergió una mujer que solo pareció empezar a encontrarse a sí misma lejos del mundanal ruido. Con todo, “Ingeborg Bachmann” nunca se preocupa por explicar la singularidad del trabajo de su biografiada, como si Von Trotta no se lo tomara tan en serio como hace con un romance que pierde interés después de un par de citas.

Por mucho que Vicky Krieps se esfuerce en hacer que Bachmann resulte algo más que una artista pintoresca, refugiada entre volutas de humo y salacots polvorientos, tampoco ayuda que la película alterne el declive de una pasión venenosa con la crónica del liberador viaje de Bachmann al desierto de Egipto. El contraste no es productivo, y solo hace que recordarnos que el filme respira con dificultad, emparedado entre su indolencia melodramática y un vago anhelo de aventuras exóticas.

Lo mejor:

Vicky Krieps siempre defiende a capa y espada a sus personajes, por muy imprecisos que sean sus deseos.

Lo peor:

Lo poco que le importa a Von Trotta el talento intelectual de Bachmann.