Crítica de "Peter Pan y Wendy": pero seguimos creciendo ★★★☆☆

Director: David Lowery. Guion: David Lowery, Toby Halbrooks, Ted Sears, Erdman Penner, Bill Peet, Winston Hibler, Joe Rinaldi, Milt Banta, Ralph Wright, William Cottrell. Intérpretes: Alexander Molony, Ever Anderson, Jude Law, Yara Shahidi, Molly Parker, Alan Tudyk. Estados Unidos, 2023. Duración: 106 minutos. Fantástico. Disney +.

Diez guionistas, diez, han hecho falta para que Disney haya podido sacar adelante esta nueva y vistosa versión con actores de carne y hueso basada en la obra de J. M. Barrie así como en la maravillosa producción animada de 1953 realizada por Clyde Geronimi, Hamilton Luske, Wilfred Jackson y Jack Kinney, que en esta factoría todo fue y sigue siendo a lo grande. La historia es, lo espero al menos, conocida: un niño que se niega a crecer dotado de poderes extraordinarios, como volar (y que en este regreso comparte título y protagonismo con Wendy, un inevitable símbolo de nuestros tiempos), vive junto a sus amigos, los Niños (y las niñas, advierten en el filme) Perdidos en el país de Nunca Jamás rodeado de hadas, sirenas, indios y piratas malvados, aunque luego no lo sean tanto, como Garfio (maravilloso e irreconocible Jude Law). Un muchacho al que ahora le cuestionan el liderazgo y que sigue visitando nuestro mundo para ganar adeptos a la causa. Y así, tras un largo y notable travelling, Peter Pan llega a la casa de Wendy, que al día siguiente, y no sin reticencias, debe irse del hogar para formar parte de una residencia que forma «señoritas». Ejem, lo de señoritas será pronto olvidado. Porque, sí, Peter Pan se marcha con ella y sus dos hermanos menores, acompañados en el viaje por la ya famosísima Campanilla negra que encarna Yara Shahidi. Y, nada más aterrizar en aquel lugar mágico, un Garfio con problemas psicológicos, porque él también se sintió abandonado, comienza a hacer de las suyas y la jovencita demuestra que ha crecido, que de aquella niña de 12 años en la versión anterior con un marcado componente maternal poco queda, porque ahora se ha convertido en una adolescente empoderada, más crecidita y con un manejo de la espada que ríanse de cualquier película protagonizada por Errol Flynn, más ambiguo que todos estos personajes juntos. Nos queda, al cabo, una buena revisitación del clásico adecuada a esta cultura que hoy depura y afina cualquier «imperfección» y que, y aquí viene lo realmente bueno, le recuerda a los jóvenes de hoy que, por muchas redes sociales y mucha gerontofobia que impere en esta vacua sociedad, todos terminaremos siendo viejos. Y, con suerte, más sabios.

Lo mejor: en una sociedad gerontofóbica como la nuestra siempre viene bien un mensaje como este

Lo peor: puede que, tras verla, añoren revisar el clásico de animación, que tan maravilloso era