Crítica de "Sombras del pasado": Crowe desmemoriado ★★★

Director: Adam Cooper. Guion: A. Cooper y Bill Collage, basado en la novela de E. O. Chivorici. Intérpretes: Russell Crowe, Karen Gillan, Marton Csokas, Tommy Flanagan. EE.UU., 2024. Duración: 110 minutos. Thriller.

Roy Freeman (Russell Crowe, siempre tan grande, y no lo decimos únicamente por su tamaño) despierta un día más en el pequeño piso que habita rodeado de notas que cuelgan de las paredes, el frigorífico, las estanterías, el armario, y que le advierten qué guardan esos objetos o para qué sirven. Hasta las pizzas congeladas llevan notas de advertencia sobre el tiempo para calentarlas en el microondas. Con la regia cabeza vendada, el ya jubilado detective de homicidios, que durante años estuvo abusando del alcohol, padece Alzheimer, por el que está recibiendo un tratamiento experimental que parece poco a poco surtir efecto. Es entonces cuando una mujer contacta con Roy para pedirle que vuelva a investigar el caso, precisamente uno de los suyos en el pasado, del horrible asesinato años atrás de un brillante profesor universitario por el que un hombre, que espera en el corredor de la muerte su inminente ejecución, fue quizá injustamente condenado. Y mientras Roy decide aceptar aun con la memoria seriamente dañada, la aparición de una enigmática joven embrolla ya del todo la historia. Por si hiciera falta, y es que ahí radica el mayor problema de este thriller lleno de contradicciones y mentiras, en que, a poco que te despistes, corres el peligro de acabar perdido o más mareado que un trompo con tanto personaje y retruécano de guion. Menos mal que Crowe siempre sabe mantener el tipo.

Lo mejor: Russell Crowe hace creíble cualquier personaje, aunque de él sepamos tres cosas y media

Lo peor: El principio del filme tiene su aquel, pero poco a poco la historia se enmaraña demasiado