Crítica de "Todas somos Jane": el aborto en los años 60 ★★★☆☆
Dirección: Phyllis Nagy. Guion: Hayley Schore, Roshan Sethi. Intérpretes: Elizabeth Banks, Sigourney Weaver, Kate Mara, Chris Messina, Aida Turturro. EE.UU., 2022. Duración: 121 minutos. Drama.
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«El mundo entero lo ve», gritan los jóvenes durante una manifestación mientras la policía intenta frenarlos violentamente. Chicago, 1968. Vietnam, hippys airados, racismo, mujeres que todavía deben decir en el banco que van a cobrar el cheque «en nombre» de sus maridos... Joy (excelente Elizabeth Banks), una ama de casa de melena rubia, claro, lleva una vida al margen, como tantas otras señoras, junto a un abogado criminalista y la hija quinceañea de ambos mientras EE UU se encamina a una oleada de agresiva agitación política.
Embarazada de nuevo, Joy comienza a sentirse mal y el médico le da la peor noticia posible: podría morir si continúa adelante con el embarazo a consecuencia de una dolencia cardiaca, pero el hospital, es decir, la junta formada íntegramente por hombres, se niega a interrumpirlo. Legalmente no puede abortar, de ahí que Joy decida acudir a una organización clandestina de mujeres liderada por Virginia (una vigorosa Sigourney Weaver). Lo que ignora es que esa decisión le cambiará la vida. Una nueva ración de necesario emponderamiento femenino sobre un tema aristado pero que no llega a profundizar del todo en cuanto significa, en el drama que, por unos y otros motivos, siempre arrastra.
Lo mejor: una sólida Elizabeth Banks y Sigourney Weaber, cuya interpretación es muy vigorosa
Lo peor: el filme, que trata un tema tan complejo como este, peca a veces de superficialidad