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Patrimonio
¿Cuánto cobraban Velázquez y Goya? Y otros secretos de Palacio
El Archivo General de Palacio fue creado por Fernando VII en 1814, y custodia documentos, papeles, planos y fotografías que arrojan luz sobre nuestra historia
Velázquez, Goya, Calderón de la Barca y La Roldana tuvieron algo en común: todos trabajaron para los reyes de España y todos firmaron contratos que se guardan cuidadosamente en el Archivo General de Palacio, que custodia documentos, papeles, planos y fotos de los reyes y jefes de Estado desde hace más de 400 años. Situado en el Palacio Real de Madrid, el archivo es un laberinto de pasillos abovedados, con miles de estanterías que ocupan 12,5 km lineales y guardan más de 1.500 documentos y cartas, 65.000 fotografías, 11.500 planos y mapas, entre otros documentos.
Creado por Fernando VII en 1814, el archivo custodia toda la documentación relativa a la administración de la Real Casa y del Patrimonio de la Corona desde el siglo XVI hasta Alfonso XIII, así como los documentos de Patrimonio de la República (1931-1939) y Patrimonio Nacional (1939-1998). En un recorrido por las salas y pasillos junto al director del Archivo, Juan José Alonso, EFE ha podido admirar contratos firmados por pintores, músicos, relojeros y arquitectos desde el siglo XVI para trabajar para la Corona.
El detalle de los viajes de Velázquez a Italia, el de pureza de sangre de Calderón de la Barca, o la carta en la que Goya reclama una suma por su jubilación figuran entre los miles de expedientes que documentan desde las grandes decisiones hasta los más minios detalles del funcionamiento de Palacio. Todo se guarda en cientos de archivadores de metal gris, tristemente modernos, protegidos por enormes extintores rojos en cada sala o pasillo. Pero cuando se abren los cajones se hace la magia.

Grandes legajos de papel amarillento escritos en caligrafías maravillosas y firmados con profusión de florituras; mapas y planos de palacios y jardines; expedientes personales de la plantilla de la Real Casa desde el siglo XVI hasta Alfonso XIII, y registros con las cuentas y facturas de Palacio expresadas en ducados, maravedíes, reales de vellón y pesetas.
Raciones y aposentos
Con sumo cuidado y guantes de protección, el subdirector del archivo, Javier Fernández, y la archivera María José Pelayo, van sacando documentos como el nombramiento de Juan de Herrera como arquitecto real en 1563, por lo que recibe un aumento de sueldo de 100 ducados, o los encargos de Carlos V y Felipe II al ingeniero y relojero Juanelo Turriano.
El expediente de Diego de Silva y Velázquez documenta que, con Felipe IV, ocupó los cargos de pintor de cámara (1623), ujier de cámara (1627), ayuda de guardarropa (1642) hasta llegar a aposentador mayor de palacio en 1643, cargos por los que, además de su salario de 900 ducados, recibió otras mercedes como “una ración cada día en especie como recibían los barberos” o “el aposento que heredó su yerno en la (calle) Concepción Jerónima”.
El rey Felipe IV también encargó varias obras de teatro al dramaturgo y sacerdote Pedro Calderón de la Barca, cuyo expediente personal incluye las indagaciones necesarias para acreditar su pureza de sangre y poder así nombrarle capellán de honor de la real capilla. De unos años más tarde, figura el nombramiento por Carlos II de la escultora Luisa Roldán, la Roldana, nombrada escultora de cámara en 1692, primera mujer en conseguir tamaña distinción y quien, en todas las instancias que eleva al rey reclama cobrar más ya que “por estar pobre y tener dos hijos, vive con estrecheces”.

De Francisco de Goya se guarda, entre muchos otros documentos, la “razón de los cuadros que yo don Fco. Goya he executado para S.M. que Dios guarde por orden del señor don Francisco Sabatini, brigadier de los Reales Ejércitos y su primer Arquitecto” para “adornar la pieza donde comen los Sere(nísimos) Sres Príncipes en el Real Palacio de San Lorenzo” que son los tapices de "La caza del jabalí" y alcanzan un valor total de 10.500 reales. El expediente también guarda la carta de Goya al director de la Real Fábrica de Cristales para que le hagan otro aparato para paliar su sordera, ya que el primero se rompió y en la que detalla que, en esta ocasión, pagará de su bolsillo.
A los 80 años, tras pasar 53 años al servicio de Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, Goya se dirige al rey para explicar que debido a su edad y sus “achaques” y su “quebrantada salud”, escribe “para suplicarle se digne a concederme mi jubilación con el honorario”. Entre los documentos custodiados también figuran encargos, cartas y peticiones al rey de pintores como Francisco Zurbarán, quien trabajó en el Salón grande del Alcázar de Madrid (1639), o la solicitud del escritor Mariano José de Larra para ocupar la plaza de escribiente de la Real Biblioteca ya que “se halla sin medios de subsistencia”. Y decenas de miles de documentos más que se guardan cuidadosamente archivados y conforman este monumental archivo.
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