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Robo en el Louvre

¿Cuántos robos ha habido en total en el Museo del Louvre a lo largo de su historia?

Ni siquiera el museo más vigilado del mundo está libre del robo: el último golpe este domingo revive viejas heridas de su pasado

El Gobierno francés confirma un robo en el Louvre y declara el cierre provisional del museo
El Gobierno francés confirma un robo en el Louvre y declara el cierre provisional del museoEuropa Press

El robo de las joyas de la corona francesa ocurrido en el Museo del Louvre el pasado domingo ha vuelto a situar al museo más visitado del planeta en el centro de la atención mundial. Cuatro ladrones irrumpieron en la Galerie d’Apollon a plena luz del día y, en menos de siete minutos, se llevaron ocho piezas de enorme valor histórico y artístico, entre ellas tiaras y collares de las emperatrices Eugenia y María Luisa. Las autoridades francesas calificaron el golpe como “profesional y meticulosamente planificado”. Sin embargo, no es la primera vez que el Louvre, a pesar de su fama y seguridad, se ve envuelto en un robo.

A lo largo de sus más de dos siglos de historia, el Louvre ha sufrido varios asaltos que, de una u otra manera, han marcado la memoria del museo. Algunos fueron tan impactantes que transformaron su política de seguridad para siempre.

Los robos del Museo del Louvre a lo largo de su historia

1911: el día que desapareció la Mona Lisa

El 21 de agosto de 1911, Vincenzo Peruggia, un pintor italiano que había trabajado en el museo, escondió la Mona Lisa bajo su bata de trabajo y salió caminando con ella. Su plan era “devolverla” a Italia, convencido de que pertenecía a su país de origen. El cuadro estuvo desaparecido durante más de dos años, hasta que el propio Peruggia intentó venderlo a un marchante en Florencia. Este episodio cambió la historia del arte: la obra de Leonardo da Vinci pasó de ser conocida a convertirse en un icono mundial.

1956: un ataque contra el arte

Aunque no fue un robo, décadas después año la Mona Lisa volvió a sufrir un ataque: un visitante lanzó ácido al cuadro, dañando parte del lienzo. Este suceso motivó que el museo aumentara las medidas de seguridad y, años más tarde, colocara la obra tras un cristal blindado.

1971: el caso de Courbet

En los años setenta, desapareció del Louvre el cuadro La Vague (La ola), del pintor francés Gustave Courbet. La obra, de dimensiones medianas, fue sustraída de una sala secundaria y nunca se recuperó. A pesar de los esfuerzos de la policía, no se hallaron pistas concluyentes, y el caso fue archivado.

1983: armaduras desaparecidas

A comienzos de los años ochenta, dos piezas de armadura del siglo XVI desaparecieron de la colección de artes decorativas. El robo, realizado fuera del horario de apertura, no se resolvió hasta décadas después, cuando las piezas fueron localizadas en una colección privada en Alemania. Este incidente impulsó la instalación de sistemas electrónicos de vigilancia que, en aquel momento, eran pioneros en los museos europeos.

1998: el robo de 'Le Chemin de Sèvres'

Ese año, desapareció la pintura Le Chemin de Sèvres, de Camille Corot, una obra del siglo XIX de gran valor. Nunca se recuperó y se considera el último gran robo del Louvre antes del ocurrido en 2025. Aquel suceso llevó a una completa revisión del protocolo interno de seguridad del museo.

Robos en el siglo XXI: del Louvre a otros museos franceses

Aunque el Louvre había permanecido libre de grandes robos desde finales de los noventa, otros museos franceses no corrieron la misma suerte. En 2024, siete objetos de valor histórico fueron sustraídos del Museo Cognacq-Jay, también en París. Y apenas un mes antes del golpe del Louvre, el Museo Adrien Dubouché de Limoges perdió varias piezas de porcelana valoradas en más de nueve millones de euros.

Estos incidentes reflejan una tendencia creciente de robos sofisticados y planificados, en los que los ladrones conocen con detalle los sistemas de seguridad y los puntos débiles de los edificios patrimoniales.

¿Por qué no existe una cifra total de robos?

No hay un recuento oficial que indique cuántas veces ha sido robado el Louvre. Parte de los hurtos menores nunca se hicieron públicos, y algunos objetos se perdieron o recuperaron sin llegar a los archivos judiciales. A ello se suma que durante las guerras, especialmente la Segunda Guerra Mundial, muchas obras fueron trasladadas, confiscadas o extraviadas, lo que hace difícil distinguir entre robo, pérdida o desplazamiento temporal.

El Louvre ha resistido revoluciones, guerras, incendios y siglos de cambios políticos, pero los robos han acompañado su historia casi desde su inauguración. Cada uno ha dejado una lección: reforzar la seguridad, catalogar mejor sus colecciones y recordar que incluso los símbolos más protegidos de la cultura universal no están a salvo.