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Cultura

¿De dónde viene el nombre de las notas musicales? Este es su origen que muy pocos conocen

La notación musical ha tenido modificaciones desde la composición más antigua que se conoce de la historia

Las notas musicales están presentes en las partituras que permiten la música a través de los diferentes instrumentos Dreamstime

Siete notas musicales principales son las que aparecen en el pentagrama y se escriben para componer canciones: do, re, mi, fa, sol, la sí. Desde pequeños, nos han enseñado estas siete sílabas en clases de música, así como aquellos que estudian solfeo en conservatorios también las tienen más que presentes. Pero, ¿de dónde vienen los nombres de las notas musicales y por qué se llaman así? Su origen, sin duda es uno de los grandes desconocidos.

Y lo cierto es que no han tenido esa denominación a lo largo de la historia, sino que se considera al monje benedicto italiano Guido de Arezzo, nacido en el siglo X, el padre de la notación musical. Fue quien diseñó un método para que los cantos gregorianos se memorizaran más fácilmente.

Cuál es el origen de las notas musicales y cuál fue su primer nombre

Hasta la fecha en la que apareció el actual sistema, las notas se conocían mediante las siete primeras letras del abecedario, de tal manera que sus nombres eran A, B, C, D, E, F y G. No obstante, la letra A correspondía a la actual La, y la letra B, a Sí, siendo la letra C la correspondiente a Do. El orden en el pentagrama era pues C, D, E, F, G, A, B.

Un sistema que provenía de la antigua Grecia, comenzando por "alfa" y terminando por "gamma". Ejemplos bajo esta notación están los primeros hallazgos de composiciones, siendo el epitafio de Sícilo la composición musical completa considerada como la más antigua de la historia. Estas primeras melodías solían ser poemas cortos de una sola estrofa sobre héroes o hazañas, diseñados para diversos usos como el género skolion "escolión", canciones "para banquetes" o "reuniones".

Quién fue Guido de Arezzo y por qué puso el nombre de las notas musicales que hoy en día conocemos

Guido de Arezzo era maestro en la escuela catedrática de Arezzo. Para que los cantos gregorianos fueran memorizados más fácilmente, decidió cambiar la nomenclatura griega de las notas y diseñar una nueva notación. Arezzo tomó las primeras sílabas de cada hemistiquio (o parte de un verso) del Himno de San Juan, ya que casi todos los versos empezaban por una nota diferente en orden ascendente.

Dicha pieza decía "Ut queant laxis / Resonare fibris / Mira gestorum / Famuli tuorum / Solve polluti / Labii reatum / Santae Johannes" y de ahí se tomó Ut, Re, Mi, Fa, Sol, La y Si. Si bien el último vero no empieza realmente por Si, se usó como inspiración las iniciales de San Juan para crear esta séptima nota de la escala.

Más tarde, "Ut" terminaría siendo sustituido por "Do", una modificación llevada a cabo por Giovanni Battista Doni en el siglo XVII. Según diversas teorías, se debe a que "Do", sílaba por la que empezaba su apellido, se podía articular mejor que "Re" debido a que termina en vocal.

Un sistema al que Arezzo denominó como "Solmisación" (o Solmisatio en latín), que luego terminaría llamándose Solfeo (la palabra que hoy conocemos).