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¿De dónde viene y qué significa la expresión “quedar en agua de borrajas”?

La frase, que significa quedarse algo en nada a pesar de la expectación, no era así originalmente: esta es una historia de hierbas e infusiones
Diccionario de la lengua española / RAElarazon

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Todo el mundo se ha encontrado alguna vez con la expresión “quedar algo en agua de borrajas” cuando algo que esperaba que tuviese un gran resultado termina siendo decepcionante. Así es como ha quedado con el tiempo la expresión en el habla común, pero, según los lexicógrafos, su forma original no era exactamente así.
Según consta en el Diccionario de Autoridades de 1729, la planta en cuestión a la que se aludía no era la borraja, sino la cerraja, una especie vegetal semejante a una lechuga que en crudo tenía buenos usos gastronómicos, incluso terapéuticos, pero que, hervida, daba lugar a un caldo insulso y carente de sus buenas propiedades. Por eso, se decía de ella que se hacía un “caldo de cerrajas”, porque algo en prometedor se convertía en nada. Así lo recoge el Instituto Cervantes en este artículo.
Sucede que, con el uso, los hablantes transformaron la planta en cuestión por la borraja, mucho más común y de uso más extendido en el campo. La cerraja, en cambio, iba quedando cada vez más arrinconada de las mesas en España y por eso fue dándose el proceso de sustitución de una planta por otro. Ambas, por cierto, igualmente insulsas para quien quiera probarlas. La RAE reconoció este cambio y, en su diccionario, alude a la expresión original de “agua de cerrajas”.

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