Exposición

«Presos políticos», al museo de Lérida

Ifema pide disculpas vía comunicado por haber retirado la obra de Santiago Sierra, que su propietario ha ofrecido ya a su ciudad

Las fotos retiradas ayer de Arco/Jesús G. Feria
Las fotos retiradas ayer de Arco/Jesús G. Ferialarazon

Ifema pide disculpas vía comunicado por haber retirado la obra de Santiago Sierra, que su propietario ha ofrecido ya a su ciudad.

¿Qué es ARCO? Un frenesí. Desacostumbrados estábamos a las polémicas que nacían y morían en un día, de ahí que la motivada por el descuelgue de la obra pixelada de Santiago Sierra «Presos políticos» nos haya pillado con el paso cambiado. Segunda jornada de la feria y no se ha hablado del arte que hay en ella, que lo hay. La jugada del artista de Helga de Alvear ha sido maestra, en su línea de provocación. Los compañeros de la galerista, los 160 que copan los pabellones 7 y 9, no están que se diga muy conformes con la que se ha formado ni con la poca resistencia opuesta por la octogenaria. «Estamos durante un año preparando esto, que es un trabajo muy serio y duro, para que después la feria se quede en la anécdota», aseguran desde la galería Fernández-Brasso.

Disculpas vía comunicado

Ayer, la galerista volvía a improvisar una rueda de prensa en la que decía que «todos hemos hecho el ridículo». Si hoy le pidieran descolgar la obra a buen seguro que diría que no, tal es la que se ha montado, la más rentable performance que se recuerda en la historia de la feria. Ifema, ante el aluvión de reacciones, optó por emitir un comunicado en el que aseguraba que «lamentamos y pedimos sinceras disculpas ante la controversia que se ha producido (...), que en ningún caso perseguía ejercer ninguna censura a la creación, aun cuando la percepción pública haya sido ésa. No hubo mala fe en esta acción y aceptamos las críticas recibidas comprendiendo que debemos evitar en el futuro cualquier circunstancia de esta naturaleza», firmado: Clemente González Soler, presidente del comité ejecutivo de Ifema, que en contra del runrún que circulaba ayer por ARCO, no había pedido a De Alvear que colocara de nuevo las 24 fotografías en su primigenio emplazamiento. Imagínense de nuevo descolgando las obras de Thomas Ruff para reponer las de Serrano. Mejor no meneallo.

Carlos Urroz tenía el gesto adusto por mucho que su anterior jefa, Helga de Alvear, le dijera que el único que había salido reforzado de este «affaire» era él. El director, junto con el ministro de Cultura y el secretario de Estado y ante la ausencia sonada de la edil, Manuela Carmena –que mostró con su negativa a acudir su disconformidad con la retirada de la obra–, acompañó a los Reyes durante la hora de paseo por la feria. Recorrieron, claro, el pabellón 7, pero a Helga la miraron de refilón para no alimentar más polémicas, y eso que transitaron junto a Hauser & With, su vecina, que ha montado un espacio de impresión. Doña Letizia vestía de rojo de la cabeza a los pies (lució botas) y se detuvo especialmente ante algunas de las piezas. Observaron las obras que se exponen en Barbara Thumm y las de Erwin Wurm en la portuguesa Cristina Guerra, así como en Fortes D’Aloia & Gabriel, de São Paulo, donde les llamó la atención las obras de Armando Andrade Tudela y las fotografías de Tamar Guimarães. Para esa hora, casi la una del mediodía, la tormenta había pasado totalmente a la arena política. Los líderes de los principales partidos opinaban sobre el suceso de la semana: Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, dijo que «el Gobierno apoya la libertad de creación, de expresión artística, y no vamos a entrar en la polémica», mientras que el titular de Cultura subrayaba que la retirada de la obra nada ha tenido que ver con el Partido Popular. Margarita Robles, portavoz del PSOE en el Congreso, matizaba las declaraciones del martes destacando que «la libertad de expresión está por encima de todo siempre y lo que importa en este momento es que hay que defenderla». Albert Rivera consideró «un error» descolgar la instalación pues, argumentó, «la polémica que suscita lo que hace es perjudicar la visibilidad del resto de la feria». Esquerra Republicana de Catalunya aprovechó la marejada para registrar una proposición no de ley en el Congreso para retirar las ayudas públicas a ARCO «mientras no respete la libertad de expresión».

La obra seguía condimentando conversaciones, pero en tono más bajo y se empezaba a disfrutar ya de la feria sin complejos. La pregunta era saber dónde estaba la pieza de Sierra, si seguía en los almacenes de Ifema o si ya había sido transportada. Nadie quería desvelar su paradero, aunque le han salido novios: «Este mismo jueves (por ayer), la Diputación se había puesto en contacto con el equipo de Tatxo Benet y le había ofrecido una sala del Institut d’Estudis Ilerdencs (IEI) para mostrar la pieza en Lérida, informa Ep. «Nos ha llamado él y nos ha hecho la propuesta, nosotros estamos encantados», aseguraba el director. Por su parte, el Museo de Lérida admitía ayer también contactos para enseñarla, quizá en el Espacio 0, donde se presentan obras sobre temas de actualidad. Decía Benet que «tras el expolio de las obras sacras» deseaba darle «una contraprestación». Donde sabemos que no irá será ni al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona ni al Museo Nacional de Arte de Cataluña. Ferran Barenbilt, director del primero, dijo que «exponerla en solitario sería oportunista» y el del segundo, Pepe Serra, señaló que tampoco va a mostrarla: «Nosotros no haremos oportunismo con esto y no la vamos a exponer». Mismas palabras y misma idea.