El reparto del botín de «La Mercedes»
El Arqua cierra para montar la exposición del tesoro de «La Mercedes». Hoy empieza la instalación en la ciudad murciana de parte del botín de la fragata expoliada por Odyssey. A partir del 29 de mayo ya se podrá visitar
Han pasado siete años y unos cuantos meses desde que la empresa cazatesorosos anunciara a bombo y platillo el hallazgo del mayor tesoro submarino de la historia. El asunto se complicó y la balanza, finalmente, se inclinó del lado de España. La Justicia dio la razón a nuestro Gobierno y el botín de más de medio millón de monedas y diferentes artefactos regresó a España. Lo hizo un 25 de febrero de 2012. Desde ese momento, los contenedores con las piezas numismáticas fueron depositados en la cámara acozarada de la Secretaría de Estado de Cultura. Meses más tarde, el 2 de diciembre de 2012, salieron con destino al Museo de Arqueología Subacuática en Cartagena, donde se expondrán dentro de poco más de un mes. El convoy estaba escoltado por ocho vehículos de la Guardia Civil y llegó a las puertas del centro pasadas las cinco y media de la tarde y en menos de hora y media los técnicos del museo y de la empresa de mudanzas descargaron las monedas, alojadas en cajas de plástico.
Hoy el centro cierra sus puertas para proceder a la instalación de forma permanente de una parte, proporcionalmente pequeña, del botín. Según ha podido saber LARAZÓN, se mostrarán al público entre 7.500 y 8.000 monedas más un conjunto de objetos menores y artefactos hallados por la compañía Odyseey Marine Exploration (OME), entre los que destacan, tres pitilleras de oro para rapé. En agosto de 2013 se sacaba a concurso la licitación del concurso para el diseño y montaje de la exposición, que recayó en la empresa Expociencia, por un montante de 250.000 euros. A partir de ese momento y una vez presentado y aprobado el proyecto, se ha procedido a su puesta en marcha. Hacia el mediodía de hoy varios camiones llegarán al Arqua para el montaje. Serán dos vitrinas de aproximadamente cinco metros cada una las que albergarán los objetos. Según una nota emitida por el Ministerio de Cultura «estos fondos constituirán un nuevo módulo expositivo que llevará por título "La navegación oceánica"», cuyo plato fuerte será «una selección de piezas procedente de la fragata «Nuestra Señora de Las Mercedes», mostrando las circunstancias de la construcción del buque, el hundimiento y el caso judicial que ha permitido al Estado español recuperar su cargamento expoliado por una empresa cazatesoros». Los fondos se expondrán en un lugar destacado del Arqua «para su correcta exhibición, conservación y contextualización mediante una serie de recursos didácticos y museográficos».
Un viaje custodiado
De ahí que haya sido necesario cerrar las puertas del centro drante un mes para que los trabajos se realicen «bajo los parámetros necesarios de seguridad y conservación de las colecciónes del museo». La inminente apertura, pues faltaría poco más de un mes, significará para la ciudad un incremento para el turismo y un aliciente cultural de primer orden, pues se trata de un conjunto de piezas que se ha esperado largamente y ante el que se ha creado una enorme expectación, pues no todos los días se puede exhibir un tesoro de semejantes características. No será ésta la única manera de poder acercarse a contemplar el botín que albergaba la fragata «La Mercedes», pués poco después de la inauguración de Cartagena abrirá sus puertas la de Madrid (la posibilidad que se planteó de que se dejara pasar un tiempo entre la inauguración de ambas fue finalmente rechada), que tendrá dos sedes, el Museo Arqueológico y el Naval. En el primero se expondrán entre 30.000 y 40.000 monedas. Las fechas que se barajan desde el Ministerio de Cultura para abrir en Cartagena oscilan entre el 29 de mayo, que se da como más que probable, y la primera quincena de junio. En Madrid se recibirá al poco tiempo con honores el cargamento. La comisaria de la exposición será Carmen Marcos, subdirectora del Museo Arqueológico Nacional (MAN), mientras que en el Naval la encargada será Susana García Ramírez. Partirá de Cartagena el día 19 de mayo con destino a la capital de España. Para ello se ha contratado a una empresa de transportes y se habilitará un dispositivo especial, pues además de las lógicas medidas de seguridad (que ya pusieron de manifiesto cuando fue transportado a Cartagena), es necesario que viajen con los controles de temperatura pertinentes.
Una de las piezas que seguramente más interés despertará en Madrid es la reproducción a escala 1:23,22 de la fragata, hundida en 1804 en aguas de Cádiz, obra del ingeniero naval Francisco Fernández y del modelista Miguel Godoy y a la que estarían dando en estos momento los últimos retoques. Una vez colocadas las cuadernas (lo que entenderíamos como las «costillas» del barco) en el armazón se ha procedido a dar los pasos siguiente. La estructura es de madera de pino, cedro y roble americano de los Apalaches, casi la mismo que se utilizó en el original. El trabajo ha sido lento y han dado puntada a puntada: colocar la sobrequilla, los puntales, la tablación de la cubierta. Para su construcción se ha seguido al pie de la letra el «Reglamento de maderas necesarias para la fábrica de los baxeles del Rey», un manual instaurado por Carlos III en 1784 en el que se indicaba para que no hubiera error alguno cómo se debía colocar hasta el último clavo de cada embarcación. La reproducción tendrá un peso aproximado de unos treinta kilos cuando esté terminada.
Lo que sí es cierto es que se está trabajando contra reloj para que tanto en Madrid como en Cartagena todo esté dispuesto. Desde el Arqueológico, que recientemente acaba de inaugurar su impresionante remodelación, se anunciaba, así lo aseguraba su director, la muestra de las monedas como una de las exposiciones estrella: «El público podrá ver todos los reales de a ocho que quiera, pero junto a las piezas, que sabemos y comos conscientes de que serán la atracción, se contextualizará su historia: por qué se hundió, por qué era una fragata que iba tan cargada en el momento de su hundimiento y cómo se desarrollaba el tráfico de barcos de la época», aseguraba a este diario Andrés Carretero, su director, poco antes de que se reabriera el museo del que está al frente.