George Michael

El tormento y la decadencia

En la imagen, el periódico «The Sun» informa del incidente sexual de Michael en unos baños públicos con un juego de palabras sobre «subir la cremallera»
En la imagen, el periódico «The Sun» informa del incidente sexual de Michael en unos baños públicos con un juego de palabras sobre «subir la cremallera»larazon

El «gay power» fue un movimiento musical de comienzos de los años setenta cuyo máximo exponente fue David Bowie. Por primera vez en la cultura pop los iconos del glam rock se mostraban con insolente ambigüedad sexual. Ese equívoco juego promocional de cantantes como Elton John, Marc Bolan y Roxy Music puso de moda los destellos del «glittering», las plataformas absurdas y la fascinación por las plumas y el glamour del mundo del music-hall. Ser gay comenzó a ser visto como uno opción moderna y desinhibida. Su influjo llegó a la música disco con sus coloristas vestuarios, como reacción al punk. Esa fue una de las divisas de los nuevos románticos. El ADN musical de estas nuevas estrellas estaba, con la misma importancia que la música, la imagen. Horas y horas frente al espejo para perfeccionar una apariencia cuidadosamente descuidada. Miles de complementos al milímetro. Nada quedaba al azar. Sin embargo, a George Michael se le había visto recientemente hecho unos zorros. Con evidentes muestras de decadencia física, y lo que es más llamativo: descuido estético. Apenas aparecía en fiestas o eventos sociales, y las agencias y diarios sensacionalistas habían vuelto a comerciar con su imagen como carroña para ilustrar noticias sobre su evidente sobrepeso. George Michael estaba pasando un mal momento, y la prensa se cebaba con su apariencia.

Conviene recordar que el cantante procedía de un caldo de cultivo en el que la extravagancia vestimentaria, el delineador de ojos y el travestismo fue lo más «trendy» de los nuevos ídolos adolescentes de los ochenta. La disco puso de moda grupos siniestros con cantantes pintarrajeados como Robert Smith, de The Cure; estrafalarios grupos románticos como Culture Club con la pequeña tonquinesa Boy George de líder indiscutible y locas futuristas como Steve Strange, de Visage. Todos se reunían en el club Blitz en busca de fama y fortuna. Peinaban pelos picudos, herencia del punk, y fantasías Pompadour. Todos los grupos de los nuevos románticos adoptaron la estética gay, pero muchos de ellos sólo aparentaban esa androginia sexual con fines publicitarios. Unos para promocionarse y vender discos; otros para adherirse a la etiqueta de moda. A pesar de las pintas, seguía la ambigüedad, como el dúo Wham!, formado por George Michael y Andrew Ridgeley, ídolos de adolescentes que iban con mechas, rímel y maquillaje pero disimulan su orientación sexual con parejas femeninas.

«Toilette glamurosa»

Lo extraordinario fue cómo consiguieron proyectar una imagen de ídolos pop para jovencitas con ese aspecto tan marcadamente bisexual y pasar por heterosexuales hasta que la urgencia pilló a George Michael en un urinario público de Beverly Hills, California, ligando con un policía camuflado, que lo detuvo y, tras el escándalo, el juez lo acusó de realizar «actos lascivos» en los lavabos de un parque familiar. Según explicó Michael a la BBC, fue «la toilette mas glamourosa del mundo». Sin embargo, el escándalo le permitió encauzar su carrera como un desafiante ídolo del colectivo gay con un aspecto ultra masculino: barba de tres días, atuendos de cuero de macho man en la línea de los leather sado y unos novios de aspecto masculino. En la CNN reconoció su homosexualidad y, como Elton John, no quiso salir del armario a los 19 años por no disgustar a su madre cuando el sida alarmaba al mundo. En esos tiempos con Wham!, Michael mantuvo relaciones con varias mujeres, aunque posteriormente admitió que él sabía que su bisexualidad era fingida.

Su novia, cuando George tenía diecisiete, en el momento de esplendor como ídolo pop con Wham!, fue la modelo y maquilladora Kathy Jeung, quien lo seduce en ropa interior en «I Want your Sex». En este vídeo, para colmo de las contradicciones, George Michael habla de la relación monógama («explora la monogamia») con su chica como el colmo del atrevimiento sexual. No confundir con Kathy Hill, la actriz que le acompaña en el vídeo «Last Christmas».

Dos novias más reconocieron su relación en los ochenta: la bailarina del dúo Wham! en sus actuaciones, Pat Fernández, con quien mantuvo una relación de un año en 1983, y Brooke Shields. La actriz neoyorquina lo conoció a los veinte años y creyó haberse enamorado del cantante «porque Michael era un caballero, respetuoso y paciente». Lo cual contrasta con su agitada vida sexual con hombres. Su gran amor fue el diseñador brasileño Anselmo Fellepa, para quien escribió la canción «Jesus to a Child», cuando murió de sida en 1993. Después de tres años de depresión, tras el fallecimiento de su amante y de su madre, mantuvo una relación abierta con el asistente de vuelo Keneth Goss. Su voracidad no tenía límites en esos años de disloque. Se platearon formalizar su relación, pero en 2012 se enamoró del peluquero Fadi Fawaz, diez años menor, con quien ha seguido hasta el día de su muerte. Las últimas fotos publicadas lo muestran gordo e hinchado, cenando en un restaurante de Oxfordshire.