Literatura

Nueva York

El verdadero rostro de Salinger

Un documental de Shane Salerno promete responder a «las grandes cuestiones» pendientes sobre el autor. Llega acompañado de una biografía, se estrena en septiembre en EE UU y ha levantado mucha expectación

Esta instantánea recoge una reacción de Salinger ante la presencia de un fotógrafo
Esta instantánea recoge una reacción de Salinger ante la presencia de un fotógrafolarazon

La fama convirtió el rostro de Salinger en un enigma. En el momento de emerger como escritor, desa-pareció. Pretendía salvaguardar su privacidad, pero consiguió todo lo contrario. Su alejamiento del público aumentó el interés por él y esto se transformó en una amenaza para la intimidad que justamente intentaba proteger. Aquella rebelde y radical ausencia, que despreciaba los pasos promocionales de cualquier autor novel, atrajo la atención de lectores y curiosos. El resultado: su nombre terminó acaparando más rumores y portadas de revistas que ningún novelista de su época. Pero, ¿por qué lo hizo? Salinger siempre fue una persona reservaba. En la academia militar de Valley Forge, donde ingresó en 1934 después de ser expulsado de su anterior colegio por malas notas, no resultaba el estudiante más popular, pero todos reconocían su talento literario. En ese momento escribía en el periódico de la institución –en la actualidad aún se canta la canción que escribió para sus alumnos–, y los anuarios recogen su foto. Mucho después todavía se pueden encontrar instantáneas de él, como cuando trabajó de animador de turistas en el barco «SS Kungsholm» en 1941. La pregunta pendiente es ¿qué le ocurrió al joven J. D. Salinger?

Nueve años de realización

Shane Salerno estrenará el próximo septiembre en EE UU un documental que ya está levantando mucha expectación y que «promete responder a las grandes cuestiones» sobre el autor de «El guardián entre el centro» –aparte de resucitar, seguro, la «salingermanía»–. El director ha invertido cerca de dos millones de dólares y nueve años en realizarlo. Salerno, que ha sido guionista de filmes absolutamente alejados del universo Salinger, como «Armageddon», «Shaft» y «Alien vs Predator 2», sin embargo destacó como director de un documental, «Sundown: The Future of Children and Drugs», que ganó varios premios, y en la actualidad se le relaciona con la adaptación de «El poder del perro», de Don Winslow. Ahora promete desvelar en un largometraje de dos horas los misterios de este escritor: por qué desapareció, por qué dejó de publicar en 1965 y qué escribió en los últimos 45 años (no dejó ni un solo día de sentarse delante de su máquina de escribir en su cabaña de Cornish, como desvela Kenneth Sla-wenski en su biografía, que ha publicado Galaxia Gutenberg). La película cuenta con un reparto envidiable. En él aparecen hablando Tom Wolfe, Gore Vidal –en la que probablemente es su última intervención pública–, E. L. Doctorow, aparte de actores como Philip Seymour Hoffman, Edward Norton, John Cusack, Danny de Vito, y periodistas relacionados con «las satinadas» –así es como se conocen a revistas como «Esquire», «Story» o The New Yorker», donde Salinger comenzó a publicar sus relatos –. En el documental, interviene Joyce Maynard, ex amante de Salinger cuando ella tenía 18 años y él 53, narrando su experiencia. Posteriormente, Maynard escribió un libro de memorias sobre esa relación: «Mi verdad» (Circe). En el documental, aparte de testimonios de guionistas, críticos e incluso de fotógrafos (como el de «Newsweek», que le robó una instantánea a un anciano Salinger cuando salía a la calle en 1979), se escucha una declaración que aguardan miles de seguidores del escritor: «Yo he visto textos de Salinger». Por supuesto se refiere a inéditos.

Salerno ha conseguido que hablen personas que habían guardado silencio alrededor de Salinger durante medio siglo, incluyendo compañeros de «The New Yorker». Este trabajo llega acompañado por un libro que se distribuirá en las librerías y que lleva el mismo título que la película: «Salinger». Está coescrito entre Salerno y David Shields y es la primera biografía oral sobre el novelista –sigue la línea que usaron Jan Stein y George Plimpton para aproximarse a la figura de Edie Sedgwick–. Este volumen probablemente filtre parte de las 15.000 páginas de transcricpción de las entrevistas que han realizado para la cinta (durante la investigación, Salerno también ha encontrado cerca de un centenar de fotos inéditas del narrador de «Franny y Zooey»). Esta biografía ya se ha ofrecido a algún editor español, aunque no ha podido ver aún ni una página.

El documental promete recoger todos los aspectos de la vida de Salinger. Ahí aparecen mencionadas sus relaciones personales –hay que recordar el impacto que causó en él Oona O'Neill, la hija del conocido dramaturgo norteamericano Eugene O'Neill: durante un tiempo salieron juntos, pero ella abandonó a Salinger por Charlie Chaplin, que era 36 años mayor que ella–, los matrimonios fracasados y la gente que le rodeó. Para comprender a Salinger hay que tener en cuenta su particular visión de lo que consideraba la lealtad. Por ese motivo rompió amistades duraderas, como la que mantuvo con Whit Burnett, su mentor en «Story», una figura paternal para él, al considerarse traicionado. De hecho, es legendaria la paulatina desconfianza de Salinger hacia los editores –odiaba que cambiaran los títulos de sus cuentos–. Un recelo que aumentaría con los años. Un ejemplo de cómo funcionaba su mente es lo que sucedió en Cornish, donde se retiró a escribir junto a su segunda esposa. Allí, lejos de ser una persona reticente, se mostraba como un vecino simpático, amable, que se codeaba con los estudiantes y al que éstos consideraban un amigo. Entonces, era una persona más integrada en la comunidad. Pero una chica le convenció para hacerle unas preguntas sobre su obra para un periódico escolar. La reunión era una trampa. Ella sólo pretendía sacar de esa reunión un reportaje para una revista. El desengaño encerró a Salinger en sí mismo. Por un lado, la vida del escritor deja patente su necesidad de relacionarse con la gente; por otro, lo que él consideraba traiciones le iban alejando de los espacios públicos. Y, en efecto, a partir de 1946, Salinger iría apartándose del mundo y aproximándose a las religiones orientales (algo que se respira en sus creaciones a partir de «El guardián entre el centeno»). Salinger aspiraba a encontrar un equilibrio entre ellas y sus principios. Practicaba yoga y luchaba para contener su orgullo de escritor –que lo tenía, y mucho– como una demostración de humildad.

El documental refleja el fenómeno social que desencadenó la aparición de Holden Caulfield, protagonista de «El guardián entre el centeno», y también las obsesiones que ha desencadenado. Tres personas se han amparado en ese libro para justificar sus crímenes: Mark David Chapman, que mató a John Lennon y que declaró tras su detención que antes de descerrajar cinco disparos contra el ex Beatle había seguido en Nueva York los mismos pasos que el personaje de esta obra; John Hinckley Jr., que atentó contra Ronald Reagan, y Robert John Bardo, que mató a la actriz Rebecca Schaeffer.

Cartas a su amante y a Hemingway

Cuando se supo que había muerto J. D. Salinger, muchos creyeron que comenzarían a aparecer algunos de sus textos inéditos, pero no ha sido así. Lo que sí han empezado a ver la luz son algunos interesantes epistolarios, hecho importante, porque el mismo Salinger llegó a pedir la destrucción de esos documentos a algunos receptores de sus misivas. Un ejemplo son las cartas de Joyce Maynard (a la izquierda), amante del escritor que ajusto cuentas con él en un libro. La Morgan Library de Nueva York es la institución que se ha hecho con algunas de estas colecciones, como las cartas escritas al líder espiritual Swami Nikhilananda o a Michael Mitchell, el diseñador de la portada de la primera edición de «El guardián entre el centeno». Por su parte, la John F. Kennedy ha hecho pública la única carta de Salinger a Hemingway.

El detalle

SECRETISMO

Harvey Weinstein, el hombre que produjo las cintas de Quentin Tarantino, se hace el interesante cuando le preguntan sobre «Salinger», el documental que produce (en la imagen, cartel del documental). En el pasado festival de Cannes se empezó a tantear el mercado, pero guardando un total secretismo sobre su contenido.