Castellano
Elena Herraiz Medina, divulgadora lingüística: "Internet no está destrozando el español, pero sí lo está cambiando"
La experta relaciona de manera directa el auge de Internet a una variación en la forma de entender y practicar el castellano en la actualidad
El auge de Internet ha transformado profundamente la manera en que vivimos, nos relacionamos y entendemos el mundo. Desde finales del siglo XX, la conectividad global ha provocado un cambio de paradigma cultural sin precedentes, donde lo inmediato ha sustituido a lo planificado, lo digital ha desplazado a lo físico y lo global ha empezado a pesar más que lo local. Las generaciones nacidas a partir de los años 90 han crecido en un entorno donde el acceso a la información, la comunicación constante y la interacción virtual han moldeado sus valores, hábitos y expectativas. La cultura de lo efímero, la hiperconectividad y la exposición pública son ahora características centrales del día a día.
En el ámbito social, uno de los cambios más evidentes ha sido la manera en que nos comunicamos. Las redes sociales, que comenzaron como plataformas para compartir momentos entre amigos, se han convertido en espacios de construcción de identidad, activismo, consumo y debate. El lenguaje corporal fue sustituido por emojis, las cartas por mensajes instantáneos y la voz por audios de segundos. Al mismo tiempo, el mercado laboral ha sido impactado por la digitalización, que ha introducido nuevas formas de empleo, automatizado procesos y descentralizado la oficina tradicional. Hoy, conceptos como el teletrabajo, la marca personal o el algoritmo forman parte del discurso cotidiano, reconfigurando no solo lo que hacemos, sino también cómo y desde dónde lo hacemos.
Este proceso también ha dejado huella en el lenguaje, particularmente en el castellano. La inmediatez de la comunicación digital ha favorecido la simplificación del idioma, la inclusión de anglicismos y la aparición de jergas propias del entorno virtual. Abreviaciones, memes, códigos visuales y expresiones importadas del inglés han modificado la estructura y el uso cotidiano del español, especialmente entre los más jóvenes. Palabras tradicionales han caído en desuso mientras que otras han adquirido nuevos significados. En este contexto, el idioma deja de ser solo una herramienta de comunicación y se convierte también en reflejo de los cambios tecnológicos y culturales que definen nuestra época.
La forma en que Internet ha cambiado el castellano
Elena Herraiz Medina, profesora de castellano y divulgadora lingüística, también conocida como Linguriosa en redes sociales, comparte las variables que han propiciado el cambio de la lengua española con la implementación de Internet en nuestras vidas. "Internet no está destrozando el español, pero sí lo está cambiando", afirma como preludio para entrar a hablar de la materia en profundidad. Principalmente, esto se debe a que el mundo digital ha motivado la conexión entre todos aquellos que hablan castellano. Por ende, pese a que otros factores fruto de la cultura online como los ya mencionado, el gran cambio viene de la mano de la homogeneización de las expresiones de todos los hispanohablantes.
"Esto favorece la cohesión de la lengua española y hace que los prestamos vuelen de una variedad a otra", esclarece Herraiz. De esta suerte, el castellano actualmente constituye una lengua más amplia y diversa, pero, al mismo tiempo, cuenta con un aspecto negativo: la pérdida de muchas formas de expresión añejas que solo persisten en las zonas más rurales y terminan olvidándose en el vocabulario de los jóvenes. "Ahora en España es muy común escuchar la palabra 'pana' que es una forma coloquial de decir amigo en muchos países de Latinoamérica", ejemplifica la experta.
Un estudio establece una distinción de la lengua
"Un estudio del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos junto a la Universidad francesa de Toulon, del año 2014, recogió cincuenta millones de tuits y los analizó", explica en relación a la metodología que siguió la investigación. De este método de estudio, los resultados fueron esclarecedores, reflejando la creación de dos superdialectos en España. Estas dos vías, el dialecto rural y el urbano, dividen todavía más la brecha generacional que en muchos casos separa el vocablo entre jóvenes y adultos. Como conclusión final dictamina lo siguiente: "Internet está afectando a la evolución del español, y podemos decir que, en cierto modo, está uniéndolo más".