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Historia

Encuentran las primeras esculturas tartésicas con rostro humano

El descubrimiento se ha producido en el yacimiento de Casas de Turuñuelo, en Badajoz, y su aparición obligará a reescribir los libros de arte y la idea que tenemos de esta civilización

Las esculturas que se han hallado en un yacimiento de Badajoz
Las esculturas que se han hallado en un yacimiento de BadajozConsejo Superior de Investigaciones Científicas

El yacimiento de Casas de Turuñuelo, en Guareña, Badajoz, venía arrojando notables descubrimientos desde hacía varios años. En sucesivas campañas arqueológicas ha ido dejando constancia de la importancia que posee este enclave para comprender la realidad de la civilización tartésica, que, en demasiadas ocasiones, permanece vinculada a leyendas y mitos que han sobrevivido en la cultura popular. Estas excavaciones, sin embargo, han proporcionado valiosos restos que han cambiado la percepción que los estudiosos poseen de ella.

En un primer momento se encontró, de una manera inesperada, un sarcófago que, por sus características, se considera único en el contexto del Mediterráneo del siglo V a. de C. Una pieza que deslumbró y que, al mismo tiempo, abría enormes perspectivas para los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Pero después, y de una manera casi sucesiva, se han ido sacando otros hallazgos que resultan igual impresionantes, como los tramos de una escalera y, sobre todo, un sacrificio masivo de animales, en concreto de dieciséis caballos, dos toros y un cerdo. Un vestigio de extrema relevancia porque, a pesar de que esta clase de rituales son citados en obras tan conocidas como la "Ilíada", no se habían hallado evidencias de ellos. Los huesos aparecieron en la escalinata de un templo. Esta clase de ceremonias estaban vinculadas al abandono de un centro religioso y se consideraba que formaban parte de una ceremonia solemne.

"Son los primeros retratos que conocemos de Tartessos"

Sebastián Celestino

Poco después, la tierra reveló otros tesoros, como una escultura de factura griega y varios marfiles etruscos, que mostraban los lazos que Tartessos mantenía con otros ámbitos del Mediterráneo. "Y eso que todavía quedan dos tercios de la excavación por estudiar. En cualquier momento podemos llevarnos una nueva sorpresa", comenta a este diario Sebastián Celestino, director de la excavación junto a la investigadora Esther Rodríguez.

Su apreciación, por lo que se ha demostrado hasta este momento, no es para nada errónea. Acaban de encontrarse, como han anunciado en una nota de Prensa, "restos de cinco relieves figurados del siglo V a.C., los primeros pertenecientes a la cultura tartésica (siglos VIII-IV a.C.). El descubrimiento se ha realizado durante la excavación del sector Este del yacimiento, el área por el que se accede al patio del edificio donde se documentó un masivo sacrificio de animales, principalmente caballos. Lo insólito del nuevo hallazgo es que las representaciones corresponden a rostros humanos".

Algo que cambiará la historia

Como explica Sebastián Celestino, estos "son los primeros retratos que conocemos de Tartessos. Son unas esculturas de piedra, que todavía estamos pendientes de analizar. Sabíamos que representaban a sus dioses y a sus héroes con símbolos esquemáticos, que es lo que habíamos encontrado hasta día de hoy, pero ahora sabemos que también hacían esculturas de figuras y que, además, poseen una calidad enorme, a la altura, lo digo sin exagerar, de la que tiene una talla griega o etrusca".

Uno de los rasgos que destaca el historiador es que "están adornadas con joyas que hemos hallado en los mismos yacimientos tartésicos. Esto va a cambiar bastante la apreciación que tenemos de ellos, porque siempre habíamos tenido la idea de que era una cultura que provenía de la herencia de los fenicios y de la mezcla con los indígenas de la Península Ibérica, y, por tanto, que era una cultura inferior a otras que existían en el contexto del Mediterráneo, sobre todo de la etrusca, con la que se compara tan a menudo".

La pregunta que ahora se hacen muchos expertos es por la trascendencia real que van a tener estos bustos: "Para empezar –prosigue Sebastián Celestino, que se encuentra en el mismo terreno donde se han producido estos hallazgos–, los libros de arte deberían empezar a cambiar sus fechas y detallar que la aparición de esta clase de tallas es bastante anterior a lo que se pensaba. Ya no vale referirse solamente a la Dama de Elche, sino que hay que retroceder como medio siglo, que es la datación que tienen estas piezas. Es un cambio significativo, sobre todo para la historia de Tartessos".