Estas son las festividades más raras y peculiares de España

España es un país que cuenta con una gran riqueza cultural y en el que conviven muchas tradiciones distintas. Cada localidad celebra sus fiestas de una manera y hay un gran número de tradiciones que han sobrevivido con el paso de los años y que a día de hoy se siguen celebrando.

El el pueblo de Berchules, situado en Granada, se celebra la Nochevieja en el mes de agosto , más concretamente, el primer sábado de mes. Esta tradición trata del año 1994, cuando un gran apagón en la localidad impidió celebrar a los vecinos la noche de fin de año. Desde entonces, y por si acaso, lo celebran cinco meses antes por si no pueden tomarse las uvas ese año.

Esta tradición se trata de una de las más famosas de las fiestas de Santa Cruz de la Palma, Canarias, que se celebra cada cinco años en honor a Nuestra Señora de las Nieves. Esta data del año 1905 en la que se realiza una danza muy peculiar: 24 hombres de gran estatura y con un mismo disfraz bailan al son de una polca, durante su baile pasan por una pequeña caseta donde, en sólo unos segundos, salen transformados en enanos con de enorme cabeza.

Esta tradición data del siglo XVI y se celebra en As Neves, Pontevedra. En esta celebración, las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte se ofrecen para salir en procesión en ataúdes. De esta forma, sus familiares, que son los que portan el ataúd, dan las gracias a Santa Marta de Ribarteme por el milagro de mantener vivo a un ser querido.

Se celebra en Castrillo de Murcia, Burgos y tiene su origen en el siglo XVII. Esta declarada como Interés Turístico de Castilla y León y se celebra, anualmente, por el Corpus. Un personaje llamado Colacho, que representa al demonio, salta por encima de los niños y niñas nacidos ese mismo año que se encuentran tumbados sobre colchones. Se cree que esta especia de ritual, libera a los bebés del pecado original.

Quizá sea la más famosa de estas cinco. La Tomatina se celebra en la localidad de Buñol y tiene su origen en el año 1945. Se celebra siempre el último miércoles del mes de agosto, dentro de la semana de fiestas de Buñol y consiste en que los participantes se arrojan tomates los unos a los otros. Desde el año 2002 está declarada como fiesta de Interés Turístico Internacional.