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Este es el origen de la moda de vestir pantalones caídos

Se trata de una estética que tiene su origen en las cárceles de Estados Unidos
Imagen de dos "shaggy pants"
Imagen de dos "shaggy pants"La Razón
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Se trata de ya de una estética normal, que no llama apenas la atención. Sin embargo, en los 90 causó estupor. De repente, los jóvenes comenzaban a llevar los pantalones caídos, enseñando la ropa interior por encima de la costura. Pantalones anchos que no se sostenían en la cintura, sino que resbalaban muy por debajo. estaban asociados a la delincuencia y hasta se ha llegado a multar a quienes los llevan así. Se les llamaba “shaggy pants” en inglés y, aunque pueda parecer extraño, todo tiene una explicación.
La tendencia comenzó a implantarse entre los jóvenes afroamericanos de Estados Unidos desde finales de los 80 y comienzos de los noventa. En esos años, la degradación social de los suburbios, principalmente ocupados por personas de raza negra, hizo aumentar las cifras de delincuencia. La respuesta policial fue agresiva y miles de jóvenes terminaban en el sistema penitenciario por haber cometido delitos menores que, sumados, se convertían en una pena de prisión.
Ahí es cuando tiene su origen la moda. En las cárceles, por seguridad, están prohibidos los cinturones y los cordones de las zapatillas, entre otros objetos que sirven para estrangular o incluso cometer suicidio. De esta manera, si un interno no recibe un pantalón de su talla, no tiene forma de sostenerlo en la cintura. Por eso, en las cárceles es frecuente ver los pantalones caídos y esa estética, trasladada a la calle, es la que se impuso entre los suburbios y pronto fue adoptada por grupos de música, especialmente raperos, que hablaban de la realidad de los barrios.
El siguiente paso de la estética fue dar el salto a la población blanca de clase media, fascinada por las historias de tipos duros que salen de prisión y que han superado dificultades en la vida y son potencialmente peligrosos. Fue, durante unos años, algo escandaloso. Hoy, puede seguir sin gustar, pero se ve por todas partes.