Historia

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Falso: España no es el segundo país con más muertos en cunetas

«España es el segundo país, después de Camboya, con más muertos en las cunetas», difundió Iglesias. He aquí los datos que le contradicen

Investigadores estudian una fosa en el cementerio de Guadalajara / Reuters
Investigadores estudian una fosa en el cementerio de Guadalajara / Reuterslarazon

«España es el segundo país, después de Camboya, con más muertos en las cunetas», difundió Iglesias. He aquí los datos que le contradicen.

El cómputo de las víctimas de la Guerra Civil, que 80 años después aún no es completo, permite que circulen cifras disparatadas. Veamos los datos contrastados: no hay controversia importante en cuanto a los caídos en combate: 132.266 (Ángel D. Martín Rubio), 142.000 (Ramón Salas Larrazábal), 145.000 (Hugh Thomas). Las diferencias respecto a las víctimas del terror oscilan, según las investigaciones más recientes, entre 50.000 (Santos Juliá) y 56.577 (Martín Rubio). El terror desplegado por los vencedores presenta una brecha que va desde 55.000 o 56.000 muertos (Thomas y Martín Rubio) a 80.300 (Salas Larrazábal, que incluye los fusilados hasta 1959), o a la cifra provisional de 90.194 (Santos Juliá) que surge de las investigaciones minuciosas de 25 provincias y de otras 7 parcialmente investigadas, con lo que se sugería hace 20 años una proyección para España de unas 140.000 muertes («Víctimas de la Guerra Civil», Temas de Hoy). Tal cifra se desglosa en dos apartados: los muertos durante la contienda, unos 90.000, y durante posguerra y dictadura, unos 50.000. De ellos, los enterrados en un lugar ignorado, podrían elevarse a 30.000, en su mayoría asesinados en tiempo de guerra. Los muertos en la posguerra están identificados en su inmensa mayoría y, en general, se sabe donde fueron sepultados.

En la cúspide del crimen

Muchos tiranos, muchas atrocidades y muchas fosas comunes superan numéricamente todo lo mencionado: hay tres personajes que se hallan en la cima de los horrores: Hitler, Stalin y Mao. Son conocidas la inhumanidad de Hitler: la puesta en marcha de la Segunda Guerra Mundial, que costó más de sesenta millones de vidas, el Holocausto que exterminó a seis millones de judíos y una cifra similar de prisioneros rusos, civiles polacos, gitanos, testigos de Jehová o antinazis... Muchos fueron convertidos en ceniza, pero en gran parte siguen en las fosas donde fueron sepultados en Polonia, Ucrania, Bielorrusia o países Bálticos.

Moscú y Pekín se disputan, sin embargo, el récord de la crueldad. Hace 22 años, Courtois, director de investigaciones del CNRS, organismo público francés, publicó «El libro negro del comunismo» (Ediciones B, Barcelona 2010). La obra atribuye a Lenin y Stalin la responsabilidad de 20 millones de víctimas sin olvidar la liquidación de los oficiales polacos prisioneros de los que una parte fueron exhumados en Katín, pero Polonia exige saber dónde están las fosas del resto. De esos 20 millones de la atroz historia soviética los más terminaron en fosas comunes o campos ignotos. Pero Mao se lleva la palma con el exterminio de unos 60/65 millones de compatriotas. Solo momentos como la Revolución Cultural costaron la vida a más de tres millones de personas y no digamos nada del famoso «Salto adelante» de 1958 y 1962, durante el que Frank Dikötter asegura que «en el mejor de los casos» perecieron 45.000.000 de chinos (14/15% de la población) a causa de los trabajos forzados, la violencia y la hambruna («La Gran hambruna de la China de Mao, Historia de la catástrofe más devastadora de China», 1958-1962, Acantilado, Barcelona). La mayoría de esas víctimas reposan en fosas comunes.

Matanzas en la antigua Yugoslavia (1991-2001)

Naturalmente se ignoran atrocidades aún recientes como las que durante diez años (1991-2001) ensangrentaron Yugoslavia, donde se registraron más de 130.000 víctimas, que podría ser unas 10.000 más según las investigaciones en curso. Según las investigaciones serbias en su contabilidad del éxodo de serbios desde Croacia (cerca de 400.000), faltan millares cuyo paradero se desconoce.

El genocidio de Ruanda (1994)

Y también está próximo el terrible conflicto hutu-tutsi en Ruanda, donde la cifra de víctimas que se maneja es de 800.000 aunque estudios demográficos la estiman superior al millón, que reposan en las zanjas.

Las atrocidades de Saddan

El ataque estadounidense contra Irak en 2003 y las brutalidades que se sucedieron después ocultan lo que fue el monstruoso régimen de Saddan Hussein, del que decía Kouchner, cofundador de Médicos Sin Fronteras que «era el único arma de destrucción masiva que había en Irak». Según «Le livre noir de Saddam Hussein» (Oh Editions, París, dirigida por Chris Kutschera), en sus 24 años de dictadura fue el responsable de más de un millón de asesinatos (rivales políticos, kurdos, chiitas, población de los pantanos del sur...) El terrorismo, la lucha por el poder entre chiitas, sunnitas y kurdos y el advenimiento del Daesh y la lucha contra el pretendido nuevo califato han pospuesto la búsqueda y apertura de las que se suponen más de mil fosas con centenares de millares de civiles.

La guerra mundial del Congo

La segunda guerra del Congo se libró entre 1998 y 2003 y en esos cinco años murieron casi cuatro millones de personas, por lo que se la considera como una de las mayores catástrofes humanas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. En su mayoría las víctimas reposan en fosas comunes.

Vietnam, víctimas de todos

En la guerra de Vietnam, los civiles muertos fueron cerca de dos millones y medio. En un alto porcentaje fueron asesinados por las fuerzas gubernamentales de Saigón o por unidades de EE UU, como la perpetrada en My-Lay; pero, también, y esto es menos aireado, también por el Vietcong y por el ejército de Hanói; cuenta Max Hastings en su tremendo estudio «La guerra de Vietnam, Una tragedia épica, 1945-1975» (Critica) que los norvietnamitas y el Vietcong, llegaron a enterrar vivos a los civiles que calificaban de «enemigos del pueblo». Las cifras de víctimas no se han obtenido contando tumbas, sino por estudios demográficos pues gran parte de las víctimas quedaron esparcidas por selvas, ríos y arrozales, cuando no en fosas comunes.

Reeducados hasta la muerte: Camboya

Camboya se salvó mal que bien del conflicto de Indochina, pero resultó implicada en el de Vietnam porque EE UU trató de eliminarlo como refugio del Vietcong, lo cual sumergió al país en una atroz guerra civil, de la que salió triunfante el partido de los jemeres rojos encabezados por Pol Pot. Su régimen cometió una de las mayores barbaridades del siglo XX. Se asesinó al 25% de los habitantes del país en un caso extraordinario de «autogenocidio». Es imposible conocer el número de los que yacen en fosas comunes.

La guerra del paralelo 38 (1950-53)

El rigodón de Corea fue un conflicto que puso al planeta al borde de una atrocidad atómica. En los avances norte-sur y sur-norte para terminar en el paralelo 38 donde se habían iniciado los tiros, murieron dos millones de personas, de las que unas 800.000 fueron civiles. El avance norcoreano hacia el sur en1950 sembró el sur de cadáveres que en buena parte continúan en las fosas donde les enterraron y algo similar pasó en el norte al año siguiente.

Genocidio turco

Y remontándonos un poco más recordemos el genocidio de los armenios de Turquía, dos millones de los cuales fueron deportados y la mitad de ellos quedó en el camino, enterrado en fosas comunes o con sus huesos blanqueando los caminos del desierto.