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Arte, Cultura y Espectáculos

Farruquito carga contra Rosalía: No es lo mismo cantar flamenco que aflamencado

Indica que los nuevos fenómenos musicales que reivindican la cultura flamenca "están muy lejos del flamenco porque es un arte que consiste en conocer la cultura y llevarla a cabo"

Fotografía sin fecha cedida donde aparece el bailaor español Juan Manuel Fernández Montoya, más conocido como Farruquito
Fotografía sin fecha cedida donde aparece el bailaor español Juan Manuel Fernández Montoya, más conocido como Farruquitolarazon

Para el bailaor los nuevos fenómenos musicales que reivindican la cultura flamenca, como el de Rosalía, "están muy lejos del flamenco porque es un arte que no consiste solo en cantar aflamencado, sino también en conocer la cultura y llevarla a cabo".

Para el bailaor Farruquito los nuevos fenómenos musicales que reivindican la cultura flamenca, como el de Rosalía, "están muy lejos del flamenco porque es un arte que no consiste solo en cantar aflamencado, sino también en conocer la cultura y llevarla a cabo".

Aunque valora que haya otros públicos que "pongan el ojo e interés"en otras propuestas artísticas, el bailaor defiende que no hay que confundir "aflamencar unos temas"con hacer flamenco.

"Mi primo-hermano, El Polito, que ha trabajado con ella (Rosalía), me ha contado que es muy buena gente y yo le deseo lo mejor del mundo", cuenta a Efe Farruquito, quien considera que lo que hace la cantante "es muy diferente", pero que "mientras guste a la gente que dios la bendiga".

Así se expresó el artista minutos antes de comenzar una actuación que puso en pie al público de Washington como parte de su gran gira por Estados Unidos, que hoy le llevará a desplegar de nuevo su tablao flamenco en Broadway (Nueva York).

Con 5 años Farruquito se subió por primera vez a un escenario en la Gran Manzana y con apenas 20 el diario The New York Times lo eligió en 2001 como uno de los mejores artistas que pisó la gran ciudad, a la que regresa con un espectáculo que lleva su nombre y que ha dirigido y escrito íntegramente.

El bailaor asume la cita con "respeto"y con ganas de hacer disfrutar a un público que, aficionado o no, se contagie con el flamenco, el "arte más contemporáneo que existe"para él. "No hay nada más contemporáneo que el flamenco puesto que está vivo, es improvisado y es del momento", justifica.

Por ello, el artista atribuye el debate entre el purismo y la renovación flamenca a una "confusión"entre que lo puro "sea algo antiguo y tradicional"y lo que evolucione "sea irse a otro género".

"Creo que son dos cosas muy distintas", opina Farruquito, cuya rapidez con la que se expresa demuestra que es un asunto sobre el que ya ha reflexionado con anterioridad.

Así, según el artista, "para evolucionar sobre un mismo género no hace falta irse a otro y tampoco ser purista es ser un antiguo que no ha evolucionado", porque "el arte evoluciona con la vida, con la persona y con lo que uno va aprendiendo."

"Hoy día empiezan con la evolución y luego a lo mejor se enteran de cómo va la historia -subraya-. Yo creo que eso no es evolucionar eso es osadía".

En su nueva producción, el bailaor muestra un flamenco puro, en ocasiones desnudo, que combina el "duende"de una peña flamenca con la elegancia y el "atrezzo"de los grandes escenarios sobre los que se presenta.

Hay también lugar para la innovación tal y como la defiende Farruquito, pues además del taconeo, el cajón flamenco y la guitarra española, su número incorpora un teclado y un bajo en alguno de los pasajes de la coreografía, que combinan perfectamente con la pureza de su propuesta. "Todas las músicas tiene influencias de otras muchas", sostiene, pero añade: "Cuando el publico es aficionado sabe distinguir si alguien está haciendo una versión o está cantando flamenco que yo creo que son dos cosas muy diferentes".

El espectáculo pone desde el inicio el foco en el bailaor con un comienzo en el que la silueta del artista inicia un taconeado impecable, pasional y que deja espacio, incluso, a la improvisación.

Si bien Farruquito consigue mantenerse en escena durante prácticamente toda la función, una serie de artistas lo escudan e interactúan con él sobre el tablao: como la bailaora Gemma Moneo, el cantaor Antonio Villar y las cantaoras Mari Vizarraga y María Mezcle, cuyo pasaje junto a Farruquito crea una de las partes más emocionantes de toda la velada.

Taconeados en la soledad y penumbra, duetos que reivindican el amor y bailes ejecutados por varios bailaores y con elementos como el cajón flamenco o el bastón; el espectáculo ideado por Farruquito recoge toda la variedad que la danza y el cante flamenco ofrecen.

"Si Camarón no incorporó nuevos temas, si Paco de Lucía no revolucionó. Pata Negra, Ketama... Esos de verdad han evolucionado pero con una base de conocimiento", destaca.

Pese a tener clara su posición respecto al lugar que ocupa el flamenco como arte, Farruquito sigue atendiendo a las críticas de todos y a "seguir aprendiendo para hacer disfrutar al público independientemente de lo que uno sea o aparente ser".

"Es importante ver cómo te ven los demás. No es necesario tomarse a pecho todo lo que dicen de uno ciertas personas, pero sí aprender para seguir mejorando".

Efe