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Ferrer-Dalmau reivindica la españolidad catalana

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  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

  • C. S. Macías (malo)

    C. S. Macías

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El pintor de batallas ensalza a los soldados catalanes que en nombre de España lucharon en la guerra de Marruecos a las órdenes del General Prim en la batalla de Wad-Ras en 1860.
El pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau reivindica la españolidad catalana con el cuadro «El combat va ser molt fotut, meu General» (El combate fue muy duro, mi General). Ensalzando a los soldados catalanes que en nombre de España lucharon en la guerra de Marruecos, retrata a un veterano voluntario catalán tras el combate de Wad-Ras con el General Prim y un jinete del regimiento Farnesio. En primer plano, el viejo voluntario se apoya en su fusil con una espada que ha tomado al enemigo y la bandera española a modo de faja. Su barba cana refleja que bien podía ser veterano de la guerra contra «el francés». Un viejo conocido del general, al que saluda con respeto y afecto. Como en el cuadro de Fortuny, «La batalla de Tetuán», los catalanes luchan, y mueren, junto a sus compatriotas, recuerda el historiador David Nievas Muñoz.
Vivas a España
Corría el mes de enero de 1860, cuando una tropa de 466 voluntarios se aprestaban a embarcar rumbo a Marruecos. El día 26, tras recibir la bendición del obispo de Barcelona, los voluntarios recorrían las calles de la ciudad, atestadas de ciudadanos que les aclamaban con vivas a España. Cataluña, al igual que el resto de nuestro país, buscaba en el prestigio de una guerra en el exterior la unión necesaria tras décadas de guerras civiles. Por eso, el cuerpo de voluntarios solicitado por el general Prim, jefe de la división de reserva en Marruecos y bajo el mando de Leopoldo O’Donnell, vestían con un colorido uniforme «a la catalana» tocados con la característica barretina. Se buscaba, con éste uniforme, crear un sentimiento de «espíritu de cuerpo», relata el historiador Nievas Muñoz.
Finalmente, llegaron a Marruecos, desembarcaron el 3 de febrero a primera hora de la tarde. Bajo el mando de su oficial superior, el teniente coronel Victoriano Sugrañés, formaron ante la plana mayor. Uno de los presentes dijo, según el testimonio de Pedro Antonio de Alarcón, que «Cataluña será en Marruecos la cabeza de España». Se esperaba mucho de ellos, y así se lo hizo saber el general Prim, que les arengó en su catalán natal, exhortándoles a defender la honra que suponía la defensa de su bandera. La promesa no fue en balde. El ataque español sobre Tetuán comenzó al día siguiente, y con él, la primera hazaña de los voluntarios catalanes. Situados a unos cuatrocientos metros de las posiciones marroquíes, que estaban siendo batidas por la artillería, se ordenó que tomaran al asalto unas trincheras enemigas. Cargaron contra ellas ciegamente y no pocos voluntarios cayeron bajo el fuego enemigo. Viendo que podían ser masacrados en aquella posición, Prim se acercó a caballo para arengar a los hombres. «Recordad lo que me habéis prometido», les dijo; y cargaron de nuevo. Tetuán caería en manos españolas. En esta ocasión, los voluntarios fueron las primeras tropas en escalar las murallas (hay quien dice que formando para ello un «castell»), ondeando la bandera española en la torre del homenaje, relata Nievas.
Una tropa sufrida
Adquirieron fama de tropa sufrida, salvaje en sus ataques. En la batalla de Wad Ras, donde combatieron 250 de ellos, Prim la utilizó para cerrar la brecha que se estaba formando en las líneas españolas, una tarea para la que dijo que «eran pocos, pero suficientes». Mantuvieron el campo hasta que la caballería pudo ayudarles, y dejaron allí casi la mitad de sus efectivos, 111 soldados. Al regreso a España, los voluntarios catalanes desfilaron entre multitud de ciudadanos que los recibieron como a héroes y Barcelona llenó los balcones de banderas españolas.
Ferrer-Dalmau habla con sus lienzos, pero tampoco tiene reparos en decir lo que piensa cuando se le pregunta: «Los catalanes al igual que el resto de los españoles siempre hemos defendido y combatido por España y ya va siendo hora de que se diga alto y claro y sobre todo a estas nuevas generaciones que se han creído las mentiras del nacionalismo». Este pintor catalán asegura que reivindicará la españolidad de Cataluña en sus obras. En el cuadro que se expondrá en la Casa de América a partir del 4 de diciembre sobre Galvez, titulado «Por España y por el Rey», también esta presente el 2º de voluntarios de Cataluña junto al regimiento de Navarra y Luisiana. «Nosotros los catalanes hemos ido en muchas ocasiones como voluntarios a defender España; no pienso permitir que deshonren la gloriosa memoria de nuestros antepasados a cambio de un 3%».
Ferrer-Dalmau, que tantas batallas ha retratado, también se refiere a la amenaza yihadista y asegura que «los españoles hemos combatido en muchas guerras contra los temidos guerreros del islam, que luchaban con honor; nada que ver con la cobardía de los yihadistas que deshonran a esos legendarios guerreros asesinando a civiles indefensos».