Festival de Sitges: Terror del bueno (y del malo)
"Noche de bodas", de Matt Bettibelli-Olpin y Tyler Guillett, y "4X4", de Mariano Cohn, han sido lo mejor y más terrorífico de la jornada
"Noche de bodas", de Matt Bettibelli-Olpin y Tyler Guillett, y "4X4", de Mariano Cohn, han sido lo mejor y más terrorífico de la jornada
Por fin una película mala. El filme en cuestión se llama "L’Angle Mort"("Blind Spot") de Patrick-Mario Bernard y Pierre Trividic, una película de esas que empieza con un niño y luego un letrero que dice: "30 años después". Un verdadero horror y aburrimiento tremendo y nada, absolutamente nada, de terror. Afortunadamente, una buena película ha sido "4X4", de Mariano Cohn, largometraje angustioso de un ladrón encerrado en un coche que es manejado con un teléfono por otra persona. Cristales irrompibles, imposible salir, solo llamadas del que le está sometiendo. Mantiene la tensión.
Por otra parte, "Paradise Hills", de Alice Waddington, es una cinta un poco boba donde una chica, enviada por su madre, aparece en una isla. La cosa se complica porque están preparando dobles de las que han ido y se supone que se van a cargar a las auténticas. Un filme de género y, por tanto, muy justificada su presencia en este certamen fantástico.
Otra de las películas vistas hoy es de "The Lodge", de Severin Fiala y Veronika Franz, sencilla en su planteamiento donde dos hermanos se resisten a aceptar a la nueva novia de su padre. Poco a poco se descubre el pasado de esta fémina; algún susto breve y algo de terror por el ambiente y todo lo que rodea a la historia.
La que sí califica como magnífica película de terror es "Ready or Not"("Noche de bodas"), de Matt Bettibelli-Olpin y Tyler Guillett. En unas cajas sale un juego, el juego que sale es el escondite y escogen, gracias a eso, que la protagonista tiene que huir y todos los invitados deben de cazarla con armas terribles, desde un hacha a un rifle de repetición, todo esto sin salir de casa. Además hay unas cámaras que siguen en todo momento a la protagonista, que tiene que huir hasta el amanecer para salvar la vida. Es un filme entretenido en el que no falta nada de todos los tópicos del género, con una violencia muy agradable de ver.
Por último, "Suicide Tourist", de Jonas Alexander Arnby, una historia de suicidios asistidos donde incluso hay muertes “accidentales”, también de género, pero lo que sucede es que hoy en día es muy difícil conseguir que el espectador pase miedo con una película, y esta tiene este problema.