Dos estrellas Michelin aprenden en La Coruña a cocinar a ciegas con la ONCE
Dos cocineros con sendas estrellas Michelin, Beatriz Sotelo y Luis Veira, han aprendido a cocinar a ciegas con dos invidentes de la ONCE
Dos cocineros con sendas estrellas Michelin, Beatriz Sotelo y Luis Veira, han aprendido hoy a cocinar a ciegas con dos invidentes de la ONCE, en una iniciativa con la que se busca que se valore el trabajo en los fogones de los ciegos.
El taller estrella de esta segunda jornada de Degustta InCoruña, Cocina a Ciegas con la ONCE, duró dos horas y contó con Beatriz Sotelo, jefa de cocina en La Estación de Cambre, y Luis Veira, propietario y chef en Árbore da Veira, ambos en La Coruña.
Sotelo se ha mostrado entusiasmada con una iniciativa que le sirve para "valorar lo que hace la gente con discapacidad"y conocer la dificultad pues, aunque es "capaz de quitarle las espinas a un pescado con los ojos cerrados", no puede saber "si una patata ya está frita", por lo que hoy se ha convertido en "alumna por un día".
Veira ha dicho que está "encantado"de que lo utilicen como "conejillo de indias"y de poner "sus manos al servicio de los que no ven"para darse cuenta de "cómo viven".
Ha explicado que en realidad los especialistas cocinan "todo a ciegas", puesto que "para cocinar un plato primero lo tienes que ver en tu mente", un ejercicio que realiza de manera habitual.
La iniciativa llega de Laura Salvador, una profesora de la ONCE que ha comentado a Efe que deseaba que los cocineros pudiesen experimentar cómo cocinan los invidentes.
Como profesoras han actuado Mariluz Sánchez y Montse Quintela que han preparado una merluza rebozada y una tortilla de patatas, respectivamente, antes de pasar a unos espaguetis con salsas de verduras y boloñesa.
Todos han estado en igualdad de condiciones, pues los dos jefes de cocina se han vendado los ojos para realizar unos platos que han dejado satisfechos a quienes los han probado.
Montse Quintela, que ha elegido su especialidad para hoy, ha reconocido que "impone un poco cocinar con dos personas de este nivel", aunque todo se iguala porque nadie puede ver.
A ella, igual que a su compañera, le gusta mucho cocinar, algo que aprendió cuando todavía podía ver, y comenta que comprueba el estado de sus platos por la textura, el olfato e incluso el oído.
Mariluz Sánchez conoció los secretos de la cocina después de tener un hijo pequeño y, en su caso, prefiere los cocidos a los fritos, aunque subraya que al final "todo es querer"a pesar de los inconvenientes que existan.