Recetas del siglo XIX
En plena corazón de la capital, la taberna La Carmencia propone una oferta culinaria tradicional acercando a los comensales la cocina más castiza con las mejores materias primas
Sitio de reunión para los autores de la Generación del 27, La Carmencita es una de las tabernas con más historia y encanto de la capital. Desde que abriera sus puertas en 1854, en la calle Libertad, su paredes han sido testigo de las tertulias de los poetas del 27, del cambio de siglo, la Movida madrileña y la modernización del cosmopolita barrio de chueca. Cinco años después de que cerrara sus puertas, sus míticos portones de madera se vuelven abrir para mostrar la cocina más castiza del siglo XIX.
El empresario hostelero Carlos Zamora ha querido recuperar el espíritu de las antiguas casas de comidas: el afán por recibir y acoger al viandante, la filosofía de comprar directamente al pequeño productor de confianza y un recetario popular y de éxito que puede disfrutrarse a cualquier hora del día y la noche.
Su decoración es singular. Todavía conserva los floridos azulejos de hace 159 años, la bancada y algunos muebles originales restaurados, los portones de la entrada y la barra de madera y estaño donde Neruda tomaba el vermú.
A medida que empieza el festín, platos de loza, cubiertos de plata y servilletas de lino, nos remontan al siglo pasado. Con una caña de cerveza en la mano, un delicioso paté de rape sirve para abrir boca y saciar el hambre.
Sin complejos y con una buena relación calidad-precio, la carta de este local tiene propuestas tan atractivas como el típico plato tabernero de entremeses presentados de forma original y que convence a todos los comensales. Las rabas rebozadas al estilo de Santander, las famosas albóndigas, el pollo en pepitoria de La Carmencita y manjares marinos de las costas cántabras poco habituales en Madrid, como el San Martín o el jargo, completan la lista, dejando un buen sabor de boca a todo el que lo prueba.
El desaparecido plato de merengue en un mar de natillas, conocido como la Isla Flotante, anuncia la llegada de los postres. Un rico manjar que endulza el día.
Este local permite desayunar al madugador, hacer el castizo vermú al dominguero, comer entre servicios al hostelero o recenar a horas intempestivas al que sale del teatro y se dispone a vivir la noche madrileña. Sea la hora que sea, siempre reciben con una cazuelita de la montaña caliente para levantar el cuerpo y el espíritu.
FICHA
>> Dirección: calle Libertad, 16,
28004 Madrid.
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>> Contacto: 915 31 09 11.
>> Más información: en la página web www.tabernalacarmencita.es