González de Vega y la fábula del éxito
«De caperucita a loba» es el debut como protagonista de la guionista más taquillera
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Es complicado debatir el éxito. Puede ser económico o crítico, pero si uno lo tiene delante, es capaz de verlo, de medirlo en recaudaciones de taquilla, años en cartel o en el peso de estatuillas. Y Marta González de Vega es una mujer exitosa. Más de un lustro lleva subida encima del escenario con la obra «De caperucita a loba en solo seis tíos», texto que adaptaba desde su propio libro publicado en 2015 y que ahora traslada a lo cinematográfico de la mano de la directora Chus Gutiérrez. Pero es que, entre unas formas del proyecto y otras, la también guionista se ha convertido en una de las mujeres más taquilleras de la historia de nuestro país, firmando a cuatro manos los libretos de las exitosas sagas «Padre no hay más que uno» y «A todo tren», junto a Santiago Segura.
«Son casi siete años de mi vida entregados a esto. Pero, desde que publiqué el libro, tenía en mente hacer las tres cosas. Me ha resultado muy fácil y muy bonito, adaptándome a las exigencias de cada medio. Del cine me quedo con el repartazo que hemos conseguido, porque en el teatro estoy yo sola», explica a LA RAZÓN González de Vega en el marco del Festival de Málaga, sobre esos seis tíos que aquí tienen los rostros de José Mota, Berto Romero o David Guapo. «Es una película hecha entre amigos, porque da la casualidad de que los míos son también los mejores cómicos de España», añade orgullosa la actriz.
Y sigue, sobre la presentación de un filme mucho más adulto, sobre frustraciones románticas y sexuales, en connivencia con su dualidad como reina del cine familiar en nuestro país: «Llevo conviviendo con ello, en realidad, desde siempre. Empezamos a escribir ‘‘Padre no hay más que uno’’ justo al estrenar la obra de teatro. Siempre he tenido el corazón dividido. De todos modos, creo que si bien esta película no es familiar, sí apela a un público muy amplio, porque todos hemos pasado por ahí, por esa extrañeza ante las relaciones románticas», explica. «De caperucita a loba», también su debut en un papel protagónico tras años colaborando, por ejemplo, con el mismo José Mota en televisión, intenta acercarse a las ligas de «Sexo en Nueva York» o «The Bold Type» desde un costumbrismo cañí que, quizá, solo funcione del todo en esa generación que sabe qué es poder pagar una hipoteca. O siquiera pedirla.
González de Vega, que siempre ha defendido llenar sus guiones de la mayor cantidad de chistes por minuto, explica su concepción de la comedia: «Me gusta mucho la comedia pura. No es una comedia romántica, por mucho que aborde situaciones románticas. Es una comedia. Y es cierto que en el teatro yo gesticulo mucho, soy muy exagerada, y aquí Chus (Gutiérrez) ha tenido que estar constantemente pendiente de mí para contenerme», confiesa la actriz, antes de seguir. «El gag tiene que ser por segundo, si se puede. Bien sea físico o bien sea situacional», completa sincera. Pero, ¿cuál es en realidad el secreto del éxito de González de Vega? «Creo que todos somos lobas. Seamos hombres o mujeres. Entonces no creo que sea una película dirigida para uno u otro sexo, porque se cimenta sobre la identificación, sobre verte a ti mismo o en situaciones por las que has pasado. Y es lo mismo que ocurre en las películas que hemos hecho con Santiago Segura», responde.