Gonzalo Suárez, Goya de Honor 2026

La Junta Directiva de la Academia de Cine ha decidido, por unanimidad, otorgar este martes el Goya de Honor 2026 al veterano cineasta asturiano Gonzalo Suárez por “una trayectoria desde la que ha desarrollado una filmografía sorprendente, en la que ha experimentado con todos los géneros y desde todas las actitudes, habiendo rodado cine experimental, cine comercial y adaptaciones literarias propias y ajenas. Hombre clave en la cultura española de los últimos sesenta años, es, además, un referente indudable de inteligencia y sentido del humor”.

Suárez, que recibirá el reconocimiento en Barcelona, ciudad en la que realizó sus primeras películas y escribió sus primeros libros, se enmarca dentro de la figura de un creador que lleva 60 años simultaneando el cine y la literatura, y apostando por la imaginación y la fantasía frente a la realidad y las formas narrativas usuales. Director, guionista, productor, escritor, periodista deportivo –firmaba sus crónicas bajo el seudónimo de Martín Girard– y actor, además de aficionado al boxeo, el asturiano tiene el Premio Nacional de Cinematografía 1991, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y el Premio Luis Buñuel, y ha sido nombrado Caballero de las Artes y las Letras de Francia y de la Orden de Alfonso X el Sabio –la primera vez que se otorgaba esta condecoración a un director de cine–, por lo que este nuevo reconocimiento por parte de la Academia se suma a una larga lista de gratitudes profesionales, indicadoras todas ellas de la calidad y valía de su trabajo.

"Ditirambo", "El extraño caso del doctor Fausto", "La Regenta", "Morbo", "Parranda", la mítica "Epílogo" (Premio de la Juventud del Festival de Cannes), la maravillosa y bellísima "Remando al viento" (Concha de Plata y Goya a Mejor Dirección), "La reina anónima", "El detective y la muerte", "Mi nombre es sombra" y "Oviedo Express", son algunos de los títulos del cineasta, que lleva publicando libros desde 1963 y desde 1966 dirigiendo películas protagonizadas por, entre otros, Charo López, Paco Rabal, Sacristán, Fernando Fernán-Gómez, Carmen Maura, Aitana Sánchez-Gijón (actriz que en virtuosa pirueta casuística del destino le pasa ahora el relevo en esto del Goya Honorífico), Victoria Abril, Marisa Paredes, Maribel Verdú, Javier Bardem, Hugh Grant y multitud de nombres más.

La aventura de la creación

El corto "Alas de tiniebla" y el mediometraje "El sueño de Malinche", son los últimos trabajos profesionales de Gonzalo Suárez, que cuenta con una filmografía en la que la experimentación y la narración se dan la mano en los más de 20 largometrajes que ha firmado. "Salvo alguna excepción, no he vuelto a ver mis películas. Si volviera a empezar, haría lo mismo: inventar el cine o tratar de inventarlo y acabaría, pues como lo he hecho. Para mí, el tiempo ha sido siempre la gran incógnita: es un flash que es la vida entera y tratar de capturarlo, bien sea con gestos que luego quedan, con momentos, o con luz, es un desafío. Y esto es lo que más me apetece del cine y lo que más recuerdo de determinadas películas", reconocía tras anunciarse la noticia.

"Para mí, el tiempo ha sido siempre la gran incógnita"

Aseguraba también que la aventura, como parte indispensable de la estructura de su vida, ha formado parte siempre de los caminos elegidos y de las decisiones tomadas. "La aventura de no saber dónde iba y así me fue, llegué a donde no iba", ha subrayado el creador, quien destacó que el cine "está más en manos de las plataformas que de los productores de antaño que yo añoro como Emiliano Piedra. Eran productores para los que las películas eran parte de sí mismos, ponían el ánimo y la fuerza en un largometraje, y lo compartían sin restarme libertad".

"Me alegra mucho este premio porque abarca toda mi obra, aunque siento añoranza de que no me pille haciendo cine. Me gustaría volver a decir ‘acción’ y ‘corten’ porque el cine es acción", agradece este polifacético profesional nacido en Oviedo en 1934, y propietario de una filmografía marcada por la mezcla de géneros, de drama y humor, y la búsqueda constante de la libertad creativa, precursor de la denominada Escuela de Barcelona, que estudió Filosofía y Letras, fue ojeador de futbolistas a las órdenes de Helenio Herrera y el próximo año volverá a pisar Barcelona para recordar cuándo, dónde y por qué empezó un idilio con el séptimo arte que casi seis décadas después no tiene pinta ni intención de amagar con extinguirse.