El Gran Teatro Cervantes de Tánger ya es de Marruecos
El Gran Teatro Cervantes de Tánger, emplazamiento español histórico, ya es formalmente propiedad del Estado marroquí desde el pasado 11 de febrero
Rabat (Marruecos) Creada:
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Desde hoy el Gran Teatro Cervantes de Tánger, uno de los iconos de la presencia española en la antigua ciudad internacional, es propiedad del Estado marroquí. Así lo informaba el BOE el pasado 11 de febrero, ratificando un acuerdo alcanzado entre los Gobiernos de España y Marruecos en 2019. La Embajada española en Rabat remitía el pasado 2 de febrero una nota verbal al Ministerio de Exteriores marroquí para informar de que en España se habían completado los trámites para la entrada en vigor del acuerdo.
En el tratado suscrito por ambas administraciones se afirma que, “teniendo en cuenta las relaciones históricas y de amistad” entre los dos países se procedía, de manera definitiva e irrevocable, a al cambio de jurisdicción de la propiedad de un edificio de “indudable valor arquitectónico y cultural”.
A cambio de asumir su propiedad -a su vez, en pleno estatuto internacional de Tánger, el edificio había pasado en 1928 a manos del Estado español-, el Estado marroquí se compromete a la conservación del edificio y a mantener un componente español en el uso cultural del edificio”. Además, el acuerdo contempla “la reversión de la propiedad a España en caso de que no se llevase a cabo la restauración del inmueble o este se destinase a fines distintos de los acordados”. Comisiones mixtas hispano-marroquíes velarán para que el futuro del Gran Teatro Cervantes se ajuste a lo pactado por ambas administraciones.
El Gran Teatro Cervantes, obra del arquitecto español Diego Jiménez Armstrong, fue erigido en 1911 –su inauguración se produjo dos años después en una iniciativa que estuvo en manos exclusivamente españolas- a los pies de uno de los lugares más bellos de la ciudad, el bulevar Pasteur y el popularmente conocido como mirador de los perezosos, en un terreno conocido como ‘la huerta de Frasquito el sevillano’. Su construcción se debe al impulso de los españoles Esperanza Orellana y su marido Manuel Peña, que sufragaron el proyecto de su bolsillo (medio millón de las antiguas pesetas).
Durante muchos años, el Gran Teatro Cervantes fue el mayor símbolo de la presencia española en la ciudad del Estrecho. Alcanzó su esplendor en la década de los 50, y por su escenario pasaron las principales figuras de la música española del momento, como Juanito Valderrama, Pepe Marchena. Manolo Caracol, Imperio Argentina o Lola. También actuó en el Cervantes el tenor italiano Enrico Caruso y se representaron obras de Shakespeare y autores árabes.
Fue el gran teatro de la ciudad internacional. La salida progresiva de la numerosa comunidad española de Tánger acabó sumiendo el edificio en una larga decadencia que comenzó en la década de los 70 del pasado siglo. Durante no pocos años numerosas voces del mundo de la cultura marroquí y española han batallado por su conservación. “Esperamos que el Gran Teatro vuelva por sus fueros a vivir momentos de esplendor. Es un día grande que abre nuevas esperanzas para una cooperación cultural más fluida para los años venideros”, asegura a La Razón el hispanista tangerino Mustafa Akalay respecto del gesto de amistad español con sus vecinos del sur.
Aunque las obras de restauración el edificio habían arrancado en octubre de 2021, la entrada en vigor del acuerdo que traspasa de manera definitiva la propiedad del Gran Teatro Cervantes a Marruecos marca el inicio de una nueva etapa para este icono de la ciudad. No es el único edificio de raigambre española que está siendo sometido en los últimos años a un proceso de recuperación en Tánger. Asimismo la antigua plaza de toros de Tánger o el cine Alcázar están recibiendo un nuevo impulso de las autoridades marroquíes, al igual que otras muchas zonas de la antigua medina y casba de la vieja ciudad del Estrecho.