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Gregorio Marañón: «No se va a privatizar ni a absorber a nadie»

Habla un día después de que se hiciera público el acuerdo que unirá en una fundación a las dos instituciones líricas españolas por excelencia, el teatro Real y el de la Zarzuela, y que se hará realidad a finales de abril

Gregorio Marañón
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Habla un día después de que se hiciera público el acuerdo que unirá en una fundación a las dos instituciones líricas españolas por excelencia, el teatro Real y el de la Zarzuela, y que se hará realidad a finales de abril.

En Toledo, donde ayer estaba Gregorio Marañón (Madrid, 1942), lo mismo llueve que sale el sol y hay que aprovechar los claros para dar un paseo. Como en Madrid. Después de la tormenta del sábado, que se desató cuando saltó la noticia de que el Teatro Real y el de la Zarzuela van a unirse en una fundación que agrupará a ambas instituciones, descansa y se prepara para hacer frente a un proyecto ambicioso, un reto de envergadura a sus 75 años en el que confía «ciegamente».

–Se ha dicho que en esta operación el pez grande, que es el Real, se va a comer de un bocado al chico, la Zarzuela; que es una privatización, una OPA y una absorción. ¿Qué tiene que decir?

–No tengo duda de que se trata de un acuerdo institucional al más alto nivel y de que el ministro de Cultura se ha mostrado interesado desde el primer momento, pues ha jugado un papel muy importante. Se trata de un acuerdo institucional al que se suman el Teatro Real y el de la Zarzuela para configurar una institución lírica que figurará en la primera fila de los coliseos europeos.

_¿Quién gana con este acuerdo?

–Todos, ganamos todos: España, la zarzuela, la ópera, los dos teatros y los equipos que están trabajando en ellos.

–Tiene que contar con que habrá voces discordantes que recelen y que piensen que no todos van a ganar.

–Una vez formalizado el acuerdo estaremos ante una operación de importantísimas dimensiones dentro del mundo de la lírica. No hay en España una institución semejante para abordar el proyecto operístico y para defender y garantizar la proyección internacional de la zarzuela. Eso es innegable.

–Vuelvo a la pregunta anterior para que no quede ninguna duda. Descartamos, entonces, que haya privatización o absorción.

–Habrá una institución que será una Fundación pública con el nombre de Teatro Nacional de la Ópera y la Zarzuela en la que van a estar los dos teatros. Ni se va a privatizar nada ni vamos a absorber a nadie. Para que no haya dudas: dos instituciones suman para hacer una más fuerte. Quien diga que vamos a acometer una privatización es que no tiene conocimiento ni del sector privado ni del público. La Fundación Teatro Nacional de la Ópera y la Zarzuela forma parte del sector público y está adscrita al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

–Su visión es completamente optimista.

–Los es, pero es que tengo la absoluta convicción de que el ministro de Cultura lo ve del mismo modo. Conviene recordar que cuando se reabrió el Teatro Real en 1996, un año antes ya se habló de crear la Fundación Teatro Lírico con los mismos fines que ahora. Es decir, que el proyecto de unión está desde el origen.

–¿Existe un acuerdo como tal pendiente únicamente de un Real Decreto que apruebe el Consejo de Ministros?

–Hay un acuerdo, así es. Y se tiene que perfeccionar por medio de un Real Decreto, en su caso, que aprobará el Consejo de MInistros.

–¿Hace cuánto tiempo empezaron las conversaciones?

–Hace bastantes meses que estamos con este tema. No se trata de una improvisación.

–Hay quien ha visto precipitación a la hora de abordar el asunto, teniendo en cuenta que el director del Teatro Real, Daniel Bianco, se reúne mañana (por hoy) con el secretario de Estado de Cultura. ¿No habría sido mejor esperar para ver los resultados de ese encuentro?

–Desde luego, no sé lo que van a hablar ni lo que se dirá en ese despacho. Uno a uno los equipos profesionales se van a ir enterando. Los acuerdos los toman quienes tiene la responsabilidad institucional de hacerlo y son ellos quienes después lo explican con sus argumentos. Cuando existe esa convicción de que es conveniente cerrar ese acuerdo tanto para el mundo de la cultura como para las dos instituciones llega el momento de empezar a comunicarlo a los interesados. De ahí la reunión de mañana (por hoy).

–La parte sindical es bastante importante. Los tuits que han colgado en las redes dan qué pensar sobre si han sido informados o no.

–Ya he empezado a hablar con la parte sindical del Teatro Real y han tomado el asunto con el mayor interés. Celebraremos una reunión el miércoles y allí harán todas las preguntas que quieran, las que consideren convenientes, las que yo mismo haría. Estoy seguro de que todas las partes se acabarán por convencer de lo positiva que es esta operación para ambas instituciones.

–Habrá recibido llamadas interesándose por el tema de la fundación...

–Bastantes. He celebrado una muy larga con Plácido Domingo, que está entusiasmado y no le falta razón porque es un proyecto entusiasmante. Es un artista de referencia que ama la ópera y la zarzuela, así que es normal que desee participar en el proyecto. Tiene ganas incluso de apadrinarlo, de involucrarse, y si de mi depende voy a hacer todo lo posible porque así sea. El Real y la Zarzuela están a tres kilómetros de distancia, nacen con una diferencia de apenas seis años... Me cuesta comprender que alguien pueda no estar convencido de este proyecto.

–Parece que para llevar a cabo la fusión se ha seguido el modelo francés de la Ópera de París. ¿Ha pensado en incorporar a Stephane Lissner, que no renovará su contrató en 2022 al frente de esta institución gala, como director general y artístico de la nueva Fundación?

–Ignacio García Belenguer y Joan Matabosch están realizando una labor extraordinaria en sus cometidos. Le respondo: no habrá absolutamente ningún cambio en la dirección general ni en la artística. Categóricamente digo que no. Siempre que ellos quieran van a seguir en sus puestos.

–¿Qué le parece el proyecto a Joan Matabosch, director artístico del Real?

–Como persona inteligente comprende que la unión hace que ambas instituciones se refuercen.

–No creo que el camino que va a transitar a partir de ahora esté exento de chinas.

–No conozco caminos sin empedrados, chinas o baches, pero lo importante es el horizonte. Y es en eso en lo que estamos. Y ese horizonte es ilusionante, ambicioso y favorable para los intereses de ambas instituciones.

–¿Cuando será una realidad la Fundación Teatro Nacional de la Ópera y la Zarzuela?

–A finales del mes de abril.

–Estamos hablando de poco más de un mes...

–Así es. En este proyecto la convergencia es muy rápida. Caminar en paralelo no tiene el menor sentido, lo mismo que adoptar caminos divergentes.

–Pero las próximas programaciones de ambos coliseos se presentarán en breve y separadamente.

–La temporada 2018-2019 no se ha programado teniendo en cuenta esta operación de unión; sin embargo, la 2019-2020 sí se debería hacer ya entre ambas partes. Tenemos que empezar a a mentalizarnos de que habrá una Fundación que aglutinará a ambos teatros y de que se respetarán los derechos y circunstancias personales de los dos equipos de profesionales que componen uno y otro.

–¿Se ha hecho coincidir la noticia de la creación de la Fundación con la celebración en el Teatro Real del World Opera Forum, que se celebrará entre el 12 y el 15 de abril, o ha sido casualidad?

–Que vaya a coincidir en el tiempo con esta cumbre internacional es puro azar. He de decir que también tenemos enfrente otra circunstancia muy feliz, como es el hecho de que el próximo 23 de abril se cumple el 200 aniversario de la creación del Teatro Real. No podrá tener una mejor celebración que este acuerdo entre los dos coliseos isabelinos.