El chocolate, un invento español de hace 500 años que todo el mundo quiere
El regreso de Hernán Cortés a España tras su gran conquista de México presentó la primera exposición de chocolate a Europa en 1521. Fue entonces en España cuando el cacao se transformó en el chocolate que todos amamos y consumimos hoy.
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Es un hecho bien conocido que el chocolate tiene su origen en México como una bebida amarga. Cuando Cristóbal Colón volvió a España de su cuarto viaje al mundo nuevo, trajo entre muchas cosas un cargamento de cacao de aspecto sencillo. Estos fueron ignorados por la corte y por los conquistadores en México también, ya que la bebida les parecía desagradable por apariencia y sabor. Esto fue hasta que el conquistador Hernán Cortés, que probó la bebida y vio su potencial, lo presentó al rey Carlos I.
El cacao se consideraba sagrado en primer lugar por la civilización Maya. A pesar de esto, no estaba reservado para los ricos y poderosos, sino que estaba disponible para casi todos. En muchos hogares, el chocolate espeso y espumoso se disfrutaba con cada comida. Los aztecas admiraban el chocolate mas aún. Ellos creían que el cacao había llegado a la tierra por los dioses. Era tan valioso que formaba parte del sistema monetario y se valoraba más que el oro. A la diferencia de los mayas, en el mundo Azteca, los de clase alta eran los que más lo disfrutaban, aunque las clases bajas lo bebían con ocasión de celebraciones.
El emperador azteca Moctezuma II, que es conocido como el emperador que mas gozaba del cacao, bebía más de 50 porciones al día. El fue el que sirvió chocolate en cálices de oro a sus invitados españoles, entre ellos Hernán Cortés. Aunque para el gusto español tenía un sabor muy amargo y ácido, la nueva bebida formada por Cortés en 1521 creo esa misma obsesión que existía en México por todo Europa.
El chocolate caliente que enamoró a España y Europa se ajustó añadiendo azúcar, para endulzar el sabor, y se elaboró por primera vez en el Monasterio de Piedra ubicado en la provincia de Zaragoza. Así pronto se hizo popular entre la aristocracia española y conquistó al país al punto que España procedió a plantar cacao en sus colonias de ultramar. Increíblemente, el arte de la industria del cacao se mantuvo secreto por los españoles durante casi cien años.
Dos siglos después, Madrid estaba completamente invadido por chocolate y se consumía mas de cinco toneladas al año. En el siglo XVII, gracias a Ana de Austria, hija del rey Felipe III de España y reina de Francia, otros países europeos pudieron probar y enamorarse del chocolate. Empezó en la corte francesa y poco después se expandió por el continente para convertirse en el dulce que tanto consumimos hoy.