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Consigna: matar al hermano falangista de Durruti

Hubo prisa por acabar con él. La orden de la sentencia no pudo esperar
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Tuvieron prisa por acabar con su vida. La orden para ejecutar la sentencia contra Pedro Marciano Durruti, el hermano falangista del célebre líder anarquista Buenaventura Durruti, no pudo esperar. El general Múgica, jefe de la División de Léon, elevó la sentencia telefónicamente al asesor jurídico del Jefe del Estado, a quien correspondía en última instancia dar el visto bueno a la pena capital. Corría el 22 de agosto de 1937.
Se organizó todo para que la ejecución del reo se celebrase aquel mismo día, tras las dos horas preceptivas del condenado en capilla. En un gesto de inusitada crueldad, Múgica rubricó un estremecedor documento dirigido al juez militar especial José Manuel Fernández de Blas, que dice así: «Para la ejecución a la pena de muerte impuesta al falangista Marciano Pedro Durruti Domingo, he designado como lugar de ejecución el Campo de Tiro de Puente del Castro y hora de las seis de la tarde de hoy, habiéndose oficiado al señor Jefe Provincial de Milicias de F.E.T. y de las J.O.N.S. para que designe el piquete que al mando de un oficial ha de hacerse cargo del reo en el momento de su entrada en capilla y de ejecutar la pena impuesta. Dios guarde a V. S. muchos años. León, a 22 de agosto de 1937. Segundo año triunfal. El General Jefe de la División, Múgica».
Obsérvese cómo el propio general Múgica consideraba «falangista» a Pedro Durruti, y cómo aun así dispuso que sus mismos compañeros de partido formasen parte del piquete de ejecución. ¿A qué obedecía semejante ensañamiento? ¿Un reo de muerte ejecutado por sus propios camaradas?
El fusilamiento se efectuó finalmente en el campo de tiro de El Ferral del Bernesga, en lugar de en el Puente del Castro. En el documento de entrega del reo al jefe del piquete figura la firma de éste: «F. Bonge». Los alféreces del Cuerpo de Sanidad Militar, Fernando Rico Saavedra y Pablo Sánchez de Linares, reconocieron el cadáver de Durruti y certificaron su defunción la misma tarde del fusilamiento.
Tres días después, el 25 de agosto, el juez municipal encargado del Registro Civil de León, Francisco del Río Alonso, extendió el certificado de defunción de Pedro Durruti, de acuerdo con el cual éste murió a causa de una «parálisis cardíaca, según resulta de la certificación facultativa y reconocimiento practicado». Una burda mentira.
La fecha: 1937. La orden para fusilar a Pedro Marciano Durruti, el hermano falangista del célebre líder anarquista Buenaventura Durruti, se ejecutó el mismo día de conocerse su sentencia militar.
El lugar: León. El general Múgica consideraba «falangista» a Pedro Durruti y aun así dispuso con gran inquina que sus propios compañeros de partido formasen parte del piquete de ejecución.
La anécdota: Durruti tenía el carné 1.501 de Falange, expedido en León el 1 de abril de 1937, pero con fecha de admisión del 5 de febrero de 1936.

Carné número 1.501

Pocos saben hoy todavía que de los siete hermanos de Durruti, el penúltimo de ellos, Pedro Marciano, «Perico», como le llamaba cariñosamente José Buenaventura, correspondido a su vez por aquél con el apelativo de Pepe o Pepín, era falangista. Así lo acredita su carné del partido número 1.501, expedido en León el 1 de abril de 1937; documento en el que, además de su nombre, figuran estos otros datos: «Edad: 26 años; Profesión: mecánico; Fecha de admisión: 5 de febrero de 1936». La rúbrica del titular aparece al pie del texto del «Juramento» reproducido en el mismo carné, a la derecha de su fotografía y del sello de Falange, y justo debajo del último párrafo, que proclama: «Juro vivir en santa hermandad con todos los de la Falange y prestar todo auxilio y deponer toda diferencia siempre que sea invocada esta santa hermandad».
Casi todo el mundo ignora también que Pedro Durruti trató a Pilar Primo de Rivera en Madrid antes de ser encarcelado en la Modelo, como a José Antonio; y que luego, tras su puesta en libertad, huyó de la capital con el beneplácito de la directora de la Sección Femenina.
Fue también Pedro Durruti, como recordaba su única hermana Rosa, quien comunicó con gran pesadumbre a su familia el trágico fallecimiento de Buenaventura: «La noticia de su muerte nos la trajo Pedro; vino a casa sudando y nos dijo: “Madre, Rosa, me ha dicho don Nicostrato Vela que han matado a Pepe...”».
Nacido el 6 de marzo de 1911, en León, Pedro Durruti fue inscrito dos días después en el Registro Civil por su padre, Santiago Durruti Malgor, casado con Anastasia Domínguez Soler. El nombre «Durruti» procedía del término vasco «Urruti», que significa «lejos». Al parecer, se daba este nombre a los vascos que residían lejos de las grandes poblaciones, en los caseríos de la montaña. De sus siete hermanos, Pedro era el más inteligente y cultivado de todos, según los testimonios directos recabados por el escritor José A. Martínez Reñones en su lúcido trabajo sobre los Durruti. Pero de nada le sirvieron a aquel infeliz sus dones para sortear la muerte cruel ante el paredón.
Cuestión de apellido
Curiosamente, Pedro se apellidaba «Domingo» de segundo, en lugar de «Domínguez», como sus hermanos Buenaventura, Santiago y Rosa. La razón era que su padre decidió rectificar el apellido en el Registro Civil de León en 1931, y en la misma no incluyó a sus hijos mayores. Pedro Durruti fue acusado también de conspirar abiertamente para que la Falange, en lugar del Ejército, acaudillase el levantamiento contra el gobierno del Frente Popular. Del sumario del Consejo de Guerra contra él se desprende que los días 21 y 22 de agosto de 1937, Durruti proclamaba también con descaro la disolución de la Guardia Civil, la desaparición del clero o la admisión en Falange de socialistas y comunistas.

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